Jerusalén/ Damasco.— El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, atribuyó ayer a su Ejecutivo la disminución de la violencia en la región en la que han pasado más de dos semanas sin que se produzcan víctimas mortales en ataques.

El número de agresiones ha descendido “como resultado de la política fuerte, responsable y metódica” del gobierno israelí que ha sido implementada por las fuerzas de seguridad, aseguró el premier en la reunión semanal con su gabinete.

Según el comunicado difundido por su oficina sobre la sesión, Netanyahu agradeció “el esfuerzo ofensivo y defensivo combinado” del Ejército y la policía “que ha logrado reducir el éxito” de los atacantes palestinos desde que el 1 de octubre de 2015 empezara una ola de violencia, que se ha cobrado 30 víctimas israelíes, dos estadounidenses, un eritreo y un palestino. Ayer el gobierno de Israel aprobó un plan de cinco años para reforzar la seguridad en las localidades árabes y las de población mixta en que residen judíos y árabes, como en Jerusalén.

En Siria, al menos 32 personas, entre ellas ocho civiles, murieron en ataques aéreos lanzados contra Al-Raqqa, uno de los principales feudos del Estado Islámico, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Además, las fuerzas del gobierno sirio y los rebeldes chocaron a lo largo del norte y oeste del país árabe, lo que pone en peligro un cese del fuego de un mes antes de las negociaciones de paz en Ginebra. El director del Observatorio, Rami Abdurrahman, dijo que el combate se intensificaba alrededor de Aleppo y “definitivamente” amenaza la tregua.

Entretanto, el rey saudita, Salman bin Abdelaziz, instó en un discurso ante el Parlamento egipcio a luchar “unidos” contra el terrorismo y dijo que Riad sigue apostando por el plan propuesto por El Cairo de crear una fuerza militar árabe conjunta.

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