En un desafiante mensaje ante Raúl Castro con el que confrontó al régimen comunista de partido único que impera en Cuba, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió ayer realizar elecciones “libres y democráticas” en este país para que el pueblo escoja con votos a sus gobernantes, abogó para que los cubanos puedan criticar al gobierno con libertad y sin temor y clamó por eliminar las “detenciones arbitrarias” en la isla contra personas que “ejercitan sus derechos”.

Tras recordar que José Martí, apóstol de las luchas del siglo XIX por la independencia de Cuba, afirmó que “la libertad es el derecho de todo hombre de ser honesto, de pensar, de hablar sin hipocresía”, Obama alzó el tono de su voz y, en español, proclamó, casi gritando: “El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano”.

Luego se dirigió al presidente de Cuba, pero sin mencionar la negativa del Partido Comunista de aceptar elecciones libres, multipartidismo, pluralismo y libertad de prensa, y le dijo: “Mi visita aquí hoy demuestra que usted no necesita tener miedo de una amenaza de EU y, por su compromiso a la soberanía y autodeterminación de Cuba, también confío en que usted no tiene que temer a las voces diferentes del pueblo cubano, a la posibilidad de reunirse, de hablar y de votar”.

“Nuestros nietos van a ver que este periodo de aislamiento fue una aberración, como sólo un capítulo de una gran historia de amistad y de familia”, lamentó, y recordó que los nexos Washington-La Habana empezaron a ser normalizados en diciembre de 2014 por medio de un acuerdo con Castro para acabar con más de 54 años de hostilidades recíprocas. “Es hora de olvidarnos del pasado. Miremos el futuro, mirémoslo juntos”, afirmó y, de nuevo en español, aseveró: “Un futuro de esperanza”.

Con su alocución transmitida a toda la isla por radio y televisión desde el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, la bailarina cubana que estuvo presente en el evento, Obama desplegó ante Castro y otras autoridades comunistas una defensa de los derechos humanos, tema sensible en Cuba. El mandatario de EU fue recibido en el teatro por grupos de la sociedad civil cubana en el último día de la visita a esta capital, tras la cual partió rumbo a Argentina.

En una frase clave de un discurso sin precedentes en La Habana, subrayó: “Creo que los ciudadanos tienen que tener el derecho de expresar lo que piensan sin temor, organizarse y de criticar a su gobierno y manifestarse pacíficamente. El Estado de derecho no debería incluir detenciones arbitrarias para aquellas personas que ejercitan sus derechos. Creo que todas las personas deberían tener la libertad de practicar su fe pacíficamente y de forma pública. Sí, también creo que los votantes deberían poder elegir sus gobiernos con elecciones libres y democráticas”.

“No todos están de acuerdo conmigo ni con los estadounidenses, pero lo que sí creo es que esos derechos humanos son universales. Creo que son los derechos de los estadounidenses, de los cubanos y de todo el mundo”, recalcó. Obama, primer presidente que visita Cuba desde 1928, señaló las diferencias “que tenemos” en gobiernos, economías y sociedades. “Cuba tiene un sistema unipartidista, EU una democracia multipartidista. Cuba tiene un modelo económico socialista, EU un mercado abierto. Cuba recalca el papel de los derechos del Estado. EU se funda en los derechos del individuo”, explicó.

Cambios internos. Tras reiterar que el Congreso de EU debe derogar el embargo que Washington estableció contra Cuba en 1962 en castigo a sus políticas socialistas, puntualizó que el bloqueo “es una carga obsoleta sobre el pueblo cubano”. “Es una carga” para los estadounidenses que quieren invertir en Cuba, alegó. “Es momento de levantar el embargo. Pero aunque levantemos el embargo mañana, los cubanos no van a poder alcanzar su potencial sin hacer cambios aquí en Cuba”, acotó.

Un cambio, sugirió, es dar acceso indiscriminado de los cubanos a internet, opción ahora limitada, para que “todo el pueblo” se comunique al exterior “con todo el mundo”.

“Si no se pueden exponer a diferentes puntos de vista, ustedes no van a lograr su potencial completo y a través del tiempo los jóvenes van a perder la esperanza. Yo sé que estos temas son delicados, especialmente viniendo de un presidente estadounidense”, reconoció. “Fui muy claro: EU no tiene la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba. Los cambios dependen del pueblo cubano”, precisó.

Al repasar los lazos Cuba-EU y factores comunes de su pasado colonial, como la esclavitud de negros traídos de África, mencionó que son “como dos hermanos que han estado separados durante muchos años, aunque tengamos la misma sangre”.

La normalización plena de lazos, argumentó, “no va a ser fácil, va a haber retrocesos, vamos a perder tiempo, pero mi estadía aquí da más esperanza de lo que podemos hacer juntos, como amigos, como familias, como vecinos, juntos”.

Y, otra vez en español, concluyó: “Sí se puede”. Castro se puso de pie y aplaudió. Por la tarde, el mandatario cubano fue a despedir a su par estadounidense al aeropuerto, con afabilidad y un apretón de manos.

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