Las autoridades de Bélgica interceptaron 619 migrantes ilegales en el litoral del país desde que se instauraron controles en la frontera con Francia, hace una semana. De ese total, 334 personas se encontraban ya en el territorio belga, mientras que las otras 285 fueron detenidas al intentar entrar en el país, de acuerdo con la policía federal.

En el mismo período, 16 presuntos traficantes de personas fueron detenidos en la región de Flandes Occidental, que abarca los 60 kilómetros de litoral belga. Cerca de 300 policías adicionales han sido desplegados en el área desde el 23 de febrero.

El refuerzo de la seguridad responde al temor de que el desmantelamiento del campo de refugiados de Calais (Francia) resulte en un flujo masivo hacia la costa de Bélgica, en particular hacia la localidad de Zeebrugge, donde se sitúa un importante puerto mercantil.

La Comisión Europea criticó la reintroducción de los controles fronterizos en una carta enviada al primer ministro belga, Charles Michel. Por su parte, el ministro belga del Interior, Jan Jambon, declaró que no tolerará la creación en esa ciudad de un campo similar al francés, donde miles de migrantes aguardan una oportunidad de cruzar clandestinamente el Mar del Norte para llegar al Reino Unido.

erp

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