El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, advirtió hoy que las ideologías de odio avanzan en el mundo, así como el extremismo violento y las tensiones sectarias.

En su mensaje para el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, Ban indicó que el mundo experimenta además una creciente ola de anti-semitismo y fanatismo anti musulmán, así como otras formas de discriminación.

“Gente en todo el mundo, incluyendo los millones que huyen de las guerras, la persecución y las privaciones, son los blancos de discriminación y ataques”, apuntó.

Añadió que en muchas instancias los civiles son los blancos intencionales de grupos armados y de fuerzas de seguridad. “El derecho internacional humanitario está siendo violado a una escala global”, denunció.

Citó como ejemplo las acciones de Daesh, que es el acrónimo en árabe del grupo extremista Estados Islámico (EI), en contra de la minoría yazidi de Siria, lo que podría constituir un crimen de lesa humanidad.

Recordó además que el sitio de la ciudad de Madaya, que ha provocado la muerte por inanición de civiles en Siria, es sólo un ejemplo de la agonía que han sufrido los civiles sirios tras casi cinco años de conflicto.

“Sin embargo, las partes en conflicto siguen negando el acceso de manera deliberada. Continúan de manera cínica usando la comida, el agua y los medicamentos como moneda de negociación”, aseguró.

Asimismo, como cada año, el titular de la ONU recordó a los seis millones de judíos, así como a los prisioneros de guerra soviéticos, personas de los pueblos Roma y Sinti, homosexuales, testigos de Jehová y personas con discapacidades, que fueron masacrados por el régimen nazi.

“Ellos nos recuerdan lo que ocurre cuando permitimos que prevalezca la inhumanidad. Son el testimonio viviente del poder del espíritu humano y de la inherente dignidad y valor de cada persona”, resaltó.

En ese sentido, el máximo funcionario de la ONU condenó enérgicamente los intentos de negar o minimizar el Holocausto, que describió como “un crimen colosal”, cuya evidencia es “irrefutable”.

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