En uno de los más duros golpes para las redes de trata de personas en Estados Unidos, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) dio a conocer ayer la detención de 29 personas —la mayoría de ellas de nacionalidad mexicana y centroamericana— que se dedicaban al tráfico sexual de mujeres procedentes de México y distintos puntos de Centroamérica.

“Ha sido sin duda uno de los más importantes golpes que se han dado contra estas redes que explotan esta nueva forma de esclavitud”, aseguró el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, al felicitar a los miembros de la fuerza de investigación conjunta que trabajaron en 13 ciudades de ocho estados del sureste del país.

La operación “Refugio Seguro” (Safe Haven) arrancó desde julio pasado y consiguió identificar al menos a 15 mujeres como víctimas potenciales de tráfico sexual. Las mujeres, en su mayoría procedentes de México y Centroamérica, eran trasladadas a los estados de Alabama, Florida, Georgia, Louisiana, Mississippi, Carolina del Norte y Sur, y Texas, donde eran ubicadas en burdeles o casas de citas.

Aunque la mayoría de los detenidos son mexicanos y centroamericanos, también los hay de ciudadanía estadounidense, según un agente que participó en la investigación. El ICE dijo que hay 9 fugitivos aún. “Los traficantes de la organización trabajaban como contratistas independientes para coordinar los traslados y la entrega de mujeres con fines sexuales ilegales”, aseguró el ICE al confirmar que al menos una de las víctimas era menor de edad cuando comenzó a prostituirse.

“En esta investigación se ha identificado a mujeres que han sido forzadas [a prostituirse], víctimas de fraude o coerción”, dijo el agente Nick Annan. Para esta red de criminales, “estas mujeres son sólo trozos de carne utilizados para conseguir un beneficio rápido y luego son descartadas o entregadas al siguiente traficante”, añadió.

Tras la detención de sus victimarios, las mujeres fueron identificadas y se les brindó atención médica, techo y comida. Según fuentes de ICE, estas mujeres podrían ser elegibles para una visa T que les permitiría permanecer en EU por tres años para colaborar en la investigación contra sus explotadores.

Sin embargo, Juan José Gutiérrez, de la organización Vamos Unidos USA, en California, dijo que “es importante que estas mujeres sepan que también pueden ser elegibles para algo más importante que la visa T. Es importante que se acojan y se asesoren legalmente para que reciban la protección de la visa U por ser víctimas de este tipo de delitos, lo que les daría derecho a tener un permiso de trabajo y, después de tres años, pueden recibir la residencia permanente”.

Los arrestados y acusados por el delito de tráfico sexual enfrentan condenas de hasta cinco años de prisión y 250 mil dólares de multa. Aquellos que sean considerados culpables del tráfico de una menor se enfrentan a una condena potencial de prisión vitalicia.

“El tráfico de personas con fines de explotación sexual es un cáncer que debemos extirpar echando mano de todos nuestros recursos”, aseguró el fiscal del distrito medio de Georgia, Michael Moore. “Muchas veces las víctimas son secuestradas y forzadas a prostituirse mediante el uso de violencia. Otras veces, las víctimas son engañadas con la promesa de una
vida mejor y luego se convierten en rehenes de vividores que las explotan y las mantienen en prisión y bajo amenaza constante”, añadió.

Gutiérrez consideró que “el tráfico de personas con fines de explotación sexual se ha vuelto un gran negocio, particularmente en EU, que se ha convertido en un mercado muy lucrativo. Es un crimen tan grave como el tráfico de drogas que se combate pero sigue vivo porque sigue habiendo gran demanda. Eso es lo lamentable”.

Google News

Noticias según tus intereses