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“La lumbre lambe”, dice Efrén Ávila Castro, propietario del polvorín de fabricación de castillos pirotécnicos donde el pasado 13 de junio se registraron explosiones que destruyeron seis módulos de los dos talleres ubicados en el sitio.

El hombre, que desde hace 67 años se dedica a la pirotecnia, oficio heredado de su padre, asegura que se trató de un accidente ocurrido “en un abrir y cerrar de ojos, ponle, jijo”.

En una franja ubicada entre la laguna de Zumpango y el Circuito Exterior Mexiquense se localizan los talleres PG 780 y PG 1763, donde elaboran castillos, cohetones, toritos, crisantemos y canastillas. “Todo lo de fiestas grandes”, afirma Ávila Castro para aclarar que en su taller no elaboran juguetería pirotécnica.

El predio es custodiado por policías municipales de Teoloyucan y peritos de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) mexiquense recaban evidencias. Don Efrén, familiares y trabajadores, aguardan en el exterior.

Reitera el artesano: “La lumbre lambe. Eso les decía ayer a los militares. Es como cuando hay un derrumbe, ¿qué haces? Si aquí era un canal y está ocupado, el agua va a conocer su cauce, va a llegar y arrastra, y los que están viviendo nunca van a saber. Así es esto, corre y corre”.

El artesano relata que en el lugar están su taller y el de su hijo, ambos autorizados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), predio que se ubica en Teoloyucan, en los límites con la laguna de Zumpango, cerca del entronque de la carretera Melchor Ocampo-Zumpango con la carretera Teoloyucan-Nextlalpan.

Menciona que las manufactureras dan trabajo a unas 15 familias, por lo que espera que sea liberado por la fiscalía del Estado de México y puedan regresar a sus actividades.

Ávila Castro rechaza que trabajadores hayan muerto durante las explosiones, pues les dio tiempo de correr y ponerse a salvo.

“No se tapa un difunto. Por eso ayer a todos los que vinieron, pasen, pasen, estaban los militares, porque nos llegó la militar, Marina, federal, estatal, municipal. Hubieran visto ayer había un resto ni caminar se podía. Nosotros no tapamos nada”, destaca.

Insiste: “Bonito cuando nos aplauden, nos felicitan. Y trágico, no trágico ahorita, es que la verdad son cosas del oficio. Esto es como un coche que va ahorita nuevecito y ya por ahí chocó o mató a uno. Es lo mismo”.

Afirma que todo está en orden y espera que pronto reabran los talleres de pirotecnia, que cuenta con módulos para materia prima, producto terminado, taller de elaboración y almacenes de material inerte. Asegura que continuarán con la tradición

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