El ayuntamiento de la capital mexiquense pilotea una nueva técnica para regar jardines, parques y otros espacios públicos con “agua sólida”. Se trata del diseño de un polímero de potasio (polvo que se convierte en gel con la humedad), el cual absorbe y nutre agua a la raíz de las plantas y al cabo de diez años se desintegra sin ningún impacto ecológico adverso para el medio ambiente.

El proyecto (probado ya en la agricultura), se puso a prueba ahora en un área urbana, se trata del parque Ignacio Zaragoza del centro de la capital con excelentes resultados, ya que permite ahorrar agua al garantizar el suministro del vital líquido en amplias superficies, pero utilizando menores cantidades de agua, básicamente la de la lluvia, capturada en curiosos “grumos galatinosos”.

El proyecto se llama “Ecozona” y se realizó con el apoyo de la empresa Silos de Agua SA de CV, con el objetivo de conservar las zonas verdes y disminuir en estas tareas el consumo de agua potable o reciclada.

El producto se aplicó en 40 metros cuadrados del citado parque con buenos resultados y la perspectiva de que pueda ser desarrollado en otros espacios públicos y a menores costos, informó el subdirector de Embellecimiento y Mantenimiento de Espacios Públicos, Isaías García Plata.

Sergio Jesús Rico Velasco, es el titular de la empresa y básicamente la “mente” que se encuentra detrás de este brillante invento, el cual surge hace cuando menos cuatro años, cuando el científico egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN), logró producir un “polvo blanco” similar a la sal (hecho a base de un polímero), el cual se coloca en la tierra y al contacto con el agua se convierte en una especie de gel.

Los grumos (tipo gelatina) que se forman con el producto y que han sido curiosamente denominados como “silos de agua” por su inventor, se adhieren a la raíz de las plantas, conservando la humedad y suministrándola lentamente por contacto, incluso en épocas de sequía. Cuando el agua que almacenan los grumos se acaba, estos regresan a su estado de polvo, para nuevamente iniciar el ciclo hasta por diez años.

Al respecto, el científico, quien fue calificado en 2012 por la Revista Discovery como “la mente más brillante de México”, aseguró que se trata de una tecnología nacional cuyo uso puede mejorar la calidad de vida de las personas asentadas en zonas marginadas, ya que contarían con una opción para sembrar todo el año, con un impacto significativo en la migración y la pobreza, ya que podrían producirse alimentos todo el año.

Pero sin duda otra de las contribuciones más significativas para el mundo de este invento mexicano, es que podría reducir considerablemente el desperdicio de agua y potenciar el uso del recurso disponible, aplicándolo sobre todo en agricultura y jardinería.

De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial alrededor del 40% del agua potable que se suministra a través de redes urbanas en las ciudades se desperdicia irremediablemente; mientras que de acuerdo a datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cada mexicano dispone en promedio de 216 litros de agua al día, mientras que la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), establece un límite de entre 25 y 50 litros por persona.

Los datos por si mismos revelan el enorme derroche de agua que se registra en el país.

Nayelly Mendiola, alumna de posgrado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), aseguró que la Ciudad de México y su zona metropolitana,  registran uno de los consumos de agua más elevados del mundo, con dotaciones promedio de 312 litros por habitante al día, mayores que los existentes en grandes urbes como Nueva York, Estados Unidos, y París, Francia, donde es de 200 a 300 litros por persona; Alemania, con 130, o África, con sólo 30 litros.

Ello planta la urgencia de encontrar estrategias para hacer conciencia entre la población acerca del uso eficiente y ahorro del vital líquido, y reducir en 40% el consumo antes de que la escases se agrave.

PRIMERAS PRUEBAS

Un "polimero" (término cuya raíz en griego significa segmento), son macromoléculas generalmente de origen natural pero también las hay industriales. Son acumulamientos de moléculas más pequeñas unidas entre sí y denominadas "monómeros" en el mundo de la química orgánica. La seda y el almidón son los ejemplos más significativos de lo que es un "polimero" natural.
La química Angélica González, egresada de la UAEM, explicó que un polímero industrial típico son las resinas y otros derivados cuyas propiedades han permitido su utilización masiva en la producción de aislantes para la industria eléctrica o  termoplásticos como por ejemplo los tubos PVC que se utilizan en la construcción y plomería.


La ciencia de los polímeros es todo un mundo dentro de la química. Su versatilidad dependiente de todas las combinaciones posibles de monómeros, en combinación con variables como el calor y humedad, generan una gran cantidad de posibilidades por lo que es uno de los campos mas estudiados en la actualidad y al parecer con mayor futuro.

En el caso de los "silos de agua", se trata de un polímero natural, derivado del potasio, un elemento que puede encontrarse en buenas cantidades en la naturaleza y es vital para muchas formas de vida. Su constitución con capacidad expansiva le permite "almacenar" importantes cantidades de agua y liberarla de acuerdo a las necesidades naturales del entorno. El proceso sin embargo no es reversible, es decir los "silos" no pueden reconvertirse en agua, solamente transmitirla y justo en ello esta su ventaja.

Las primeras pruebas realizadas en campo de este producto permitieron reproducir plantas de distintas especies y cultivos, utilizado para ello 10 litros de agua  al año, mientras que bajo condiciones similares pero sin el producto, se obtuvieron resultados menos significativos no obstante debieron utilizarse un promedio de 500 litros en el mismo periodo.

En términos prácticos se estima que con esta tecnología se pueden hacer uno o dos riegos, en contraparte con diez riegos para plantas diversas, dependiendo de la especie que se trate. De acuerdo a los resultados de las pruebas realizadas para medir el nivel de eficacia del polímero, se estableció que el ahorro de agua en la producción agrícola y riego, puede ser de entre 80 y 90%.

RESULTADOS

Este “polímero de potasio” que almacena agua y que a simple vista parece como un gel transparente, ya ha sido utilizado en otras regiones del país, como Atotonilco El Alto y Autlán de Navarro y Jalisco; además de Matehuala, en San Luis Potosí, donde se sembró avena, y se cosechará maíz y fríjol en los próximos meses.

El producto disminuye el uso de agua para el riego, pero también el uso de bombas y energía eléctrica, entre otros insumos e inversiones.

Mediante este producto se ha logrado que una hectárea produzca diez toneladas de maíz, en lugar de 600 kilos mediante técnicas tradicionales. Se estima que 500 gramos del producto  almacena hasta 200 litros de agua, el cual puede ser guardado en costales y utilizado en las sequías.

Actualmente ya se aplica esta técnica en la carretera México-Toluca, a fin de garantizar el desarrollo de las plantaciones de árboles que se están realizando en la zona de Lerma y Ocoyoacac, para disminuir el impacto de las talas masivas que debieron realizarse para iniciar las obras de ampliación de la vía.

Sin embargo los “silos de agua” o “agua sólida”, pueden utilizarse también en campos deportivos, camellones, cultivos de hidroponía, huertos familiares y jardines.

ahc

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