A escasos 100 metros del nuevo Biciestacionamiento del paradero Pantitlán, los ciclistas del oriente del Distrito Federal desconocen que existe, por lo que resguardan sus vehículos en los alrededores del Metro.

Una sola cadena es la guardiana de las bicicletas, las llantas y hasta de los asientos, pero no tienen ninguna seguridad y a veces desaparecen.

Manuel Cárdenas llega en bicicleta al Metro, es habitante del municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, a unos minutos de la estación, por lo que asegura que con este transporte se ahorra tiempo y dinero, sin embargo, ha sido víctima de ladrones, por lo que ha tomado medidas extremas.

“Sí me ahorro dinero, pero también ya me han robado la bicicleta completa, por eso ahora la amarro muy bien, aunque no es seguro ni pegándola en el suelo”, dijo mientras coloca un candado asegurando el cuerpo de la bicicleta, las ruedas y hasta el asiento.

Asegura desconocer que exista un biciestacionamiento y con desdén prefiere seguir tomando sus medidas de seguridad.

“Yo ya no confió en nadie, si ahorita es gratis seguro en unos meses ya no, mejor la dejo aquí, aunque la policía debería vigilar en toda la zona, pero nadie hace nada”, dijo Manuel.

Como el señor Cárdenas, cientos de personas llegan a las inmediaciones del Metro Pantitlán con su bicicleta y al desconocer la existencia del biciestacionamiento, inaugurado en septiembre de 2014, se arriesgan a un día no encontrar su vehículo de dos ruedas.

“Siempre ando en bicicleta, la dejo aquí para después transportarme en Metro, hasta el momento no se han robado nada y espero que así siga”, comentó Adrián Martínez, estudiante.

Hace más de un año, la Secretaría de Medio Ambiente de la capital (Sedema) inauguró el primer Biciestacionamiento Masivo gratuito con capacidad para más de 400 bicicletas.

Aunque muy pocos conocen de él, hay registrados alrededor de mil ciclistas, pero sólo se ocupa 50% del espacio diariamente, asegura unos de los oficiales que resguarda la zona.

EL UNIVERSAL ingresó a las instalaciones de este Biciestacionamiento y se percató de las medidas de seguridad con la que las bicicletas son resguardadas hasta tres días.

Para contar con este servicio, sólo se debe llevar una identificación, un comprobante de domicilio, una tarjeta del Metro y la bicicleta, mismos que serán dados de alta en el sistema y sólo el titular podrá ingresarla.

Faltan más en el oriente. En el paradero de Constitución de 1917 los usuarios de bicicletas padecen la falta de biciestaciones, pues una veintena de vehículos no motorizados son asegurados en rejas, postes y árboles a lo largo de toda el área.

La “zona designada” para las bicicletas se ubica al interior del paradero de lado de la avenida Ermita Iztapalapa con rumbo a Periférico.

Desde muy temprano los usuarios estacionan sus bicis y las aseguran con cadenas para evitar robos.

Tal es el caso del señor Jorge Zepeda, quien utiliza ese medio de transporte para trasladarse de su casa a la estación de Constitución de 1917 del Metro.

“Desde hace dos meses me di cuenta que la gente dejaba sus bicicletas en este lugar, y decidí hacerlo yo también. Aunque debería haber un sitio apropiado para colocar las bicicletas porque se corre el riesgo de que las roben”.

Afirmó que ese sitio no es un lugar apropiado para estacionar bicis pues también obstruyen el paso peatonal.

Jorge Zepeda dijo que la bicicleta es un medio de transporte que le ha traído beneficios físicos, económicos como de tiempo.

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