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La anarquía impera en el cruce de José María Izazaga y José María Pino Suárez, la colonia Centro, delegación Cuauhtémoc. Las personas cruzan ignorando los semáforos peatonales mientras que los automovilistas y motociclistas avanzan en la luz roja.

La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina reconoció que éste es el tercer crucero más peligroso para los peatones en la Ciudad de México, donde el año pasado se registraron 3 mil 477 atropellamientos.

También ocurrieron 13 mil 600 hechos de tránsito, de los cuales 60% fueron choques y 25% atropellados.

La SSP aseveró que el homicidio culposo por hechos de tránsito se redujo 18.3% con la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Tránsito, pues de 421 casos que se registraron de enero a agosto de 2015, pasó a 344 en el mismo período de 2016.

En la intersección de Izazaga y Pino Suárez hay suficientes semáforos que indican a los peatones cuándo pueden cruzar y el tiempo que tienen para hacerlo; otros señalan a los vehículos el momento en que deben avanzar, detener la marcha o dar vuelta.

Al realizar un recorrido por esta zona considerada conflictiva, EL UNIVERSAL constató que algunos vehículos no respetan los señalamientos: ignoran las luces rojas de los semáforos, tanto para circular de frente como para dar vueltas, invaden pasos peatonales y conducen al mismo tiempo que hablan por teléfono.

De nada sirve el semáforo que impide dar vuelta a la izquierda sobre Pino Suárez a los conductores procedentes de Izazaga, pues todos ignoran la indicación y avanzan. Ante esto, la gente que tenía el paso durante 18 segundos, según el semáforo peatonal, se espera y cruza hasta que un carro tarda en pasar o se detiene a causa del tráfico. Hombres y mujeres calculan la distancia para 'torear' a los carros, y corren para ganarles el paso.

“Hay hasta micros que dan la vuelta ahí, les vale. Aunque vean a los policías, no respetan”, comentan comerciantes de la zona.

A la brava. Para atravesar Izazaga los semáforos dan 65 segundos, pero ya que los autos y motos siguen avanzando, aún con la luz roja, las personas deben esperar unos segundos más para cruzar; en tiempo real tienen de 50 a 40 segundos para caminar.

A Vania no le bastaron para atravesar la vialidad, “es muy poco tiempo, quitan rápido el paso, debería haber un policía ahí o no sé”. Sin embargo, ella fue una de las decenas de personas que cruzaron la calle cuando falta un segundo para que se activara la luz verde que da paso a los carros.

Pocos reconocieron que atraviesan sin medir el riesgo porque tienen prisa y unos cuantos creían que podían cruzar en uno o dos segundos. “Cuando yo atravesé todavía estaba el pase del peatón, o sea, también existe el respeto de los automóviles como de los peatones, o sea, cuando crees que puedes pasar avanzas, digo me quedé en el camellón en medio pero al final está ancho y es una parte en donde no pasan los coches”, comentó Seitel.

A consideración de la joven, el crucero es peligroso y conflictivo porque falta cultura y educación tanto al conductor como al peatón: “Hay autos que se quedan atravesados y creo que entra en conflicto cultura, educación y demás, pero eso va a dejar de suceder hasta que seamos conscientes”.

Tal como denunció Seitel, hay autos y motos que se quedan sobre las llamadas cebras y complican el paso peatonal. Por esta razón, las personas caminan entre los carros. Los conductores que intentan hacerse de reversa rozan a los peatones que cruzan detrás de ellos; esta situación crea disgustos y agresiones verbales.

“Esta zona es muy peligrosa porque luego no se paran los carros, no respetan el semáforo y es mucho peatón el que pasa; en dos meses he visto que han atropellado a cuatro o cinco personas sobre Izazaga”, comentó Josefina Ochoa, quien trabaja en un puesto de periódicos en una esquina.

Del total de atropellados, uno perdió la vida frente a la Iglesia. “La camioneta sí la detuvieron, pero no sé qué movimiento hicieron que la dejaron libre. Se dió a la fuga y me vinieron a preguntar que si no había visto lo que pasó, era muy temprano, como las 05:30 y estaba muy oscuro, de hecho acaban de poner a luz porque estaba muy oscuro”.

Según Rosalinda Silva, voceadora, con frecuencia se descomponen los semáforos y un grupo de policías se encarga de manejarlo manualmente, “pero se tarda mucho, luego son 20 segundos los que está uno aquí y se junta la gente, se aglomerado y ya no se espera, se pasan”.

Comentó que para evitar atropellamientos se podría colocar un puente peatonal en la zona.

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