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Fernando Cortés Villavicencio, de la dirección General de Zoológicos y Vida Silvestre, defendió el trabajo realizado en estos recintos que existen en la Ciudad de México y resaltó que “no estamos escondiendo nada”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario aseguró que es necesaria una reflexión sobre qué tanto le interesa saber a la ciudadanía cuántos animales mueren en los zoológicos.

“En términos técnicos, éticos y de conciencia de lo que estamos haciendo realmente con la fauna silvestre en México y en los zoológicos, pues cuál es el valor de estar diciendo que se están muriendo los ejemplares”.

“Nosotros no estamos escondiendo nada, lo que estamos haciendo es un manejo técnico, médico y zootécnico de los animales en cautiverio que tenemos en los tres zoológicos”, afirmó.

Ayer la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) confirmó la muerte de una leona en el zoológico de Chapultepec a 16 días de haber ocurrido el hecho; la ejemplar sufría de un tumor maligno en uno de sus codos, por lo que la dirección de Bioética decidió aplicarle la eutanasia. Cortés Villavicencio aseguró que en cuanto la ciudadanía pregunte por los fallecimientos, los funcionarios están en disposición de explicarles lo ocurrido.

Resaltó que en los recintos “hay muchos logros” como el nacimiento de ejemplares de especies en peligro de extinción como el lobo mexicano y el cóndor de California.

En su opinión, la difusión de las muertes de los animales resulta “perversa”, por lo que se hace difícil dar un explicación a la gente.

“Todos se alteran más cuando avisamos de una muerte que cuando avisamos de un nacimiento. Hay cosas muy interesantes dentro de los zoológicos de la Ciudad de México que pasamos por alto”.

Puso como ejemplo el trabajo que realizan las personas al interior de los zoológico y su experiencia en el trato con fauna silvestre.

“Tenemos personas que están trabajando en programas de conservación. Muchos de ellos están trabajando en el extranjero en proyectos de fauna silvestre en vida libre o en cautiverio. Cosas que podemos plasmar como positivas”.

Incluso, relató que él, personalmente, participó en el traslado de lobos mexicanos que se liberaron en 2001. “Hacemos nuestro trabajo con mucho amor y nos gusta hacerlo”, resaltó.

Las muertes. Con la muerte de la leona, los zoológicos de la Ciudad de México suman siete muertes de especies grandes en dos años.

El 14 de julio se dio a conocer la muerte de una bisonte por el golpe que le propinó otro ejemplar del grupo. Ocho días antes, el 6 de julio, falleció el gorila Bantú por un paro cardio-respiratorio después de un proceso de anestesia y sedación, hecho que se encuentra bajo investigación debido a que además de ser el único ejemplar macho que había en la República Mexicana, el animal iba a ser trasladado a un zoológico de Guadalajara para su reproducción, pues presuntamente se encontraba en buenas condiciones de salud, por lo que su deceso está en proceso de investigación.

El 9 de abril se registró la muerte de la elefanta Maguie, quien fue sometida a un proceso de eutanasia debido a los fuertes dolores que padecía en sus patas.

El 23 de marzo también perdió la vida el chimpancé Lío por insuficiencia cardiorespiratoria.

El 24 de julio de 2015 pereció el orangután Jambi por leptospira aguda, enfermedad provocada por una bacteria. Y el 25 de junio de 2014 murió el rinoceronte blanco Khartoum a causa de una deficiencia renal provocada por herencia genética.

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