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Roxana estaba a punto de bajar de su camioneta para ir a recoger a su hija a un colegio en la colonia Guadalupe Tepeyac, en la delegación Gustavo A. Madero, cuando fue sorprendida por dos hombres que le dispararon a quemarropa.
La mujer, de 48 años, esposa de un agente del Ministerio Público Federal adscrito a la Subprocuraduría Especializada de Investigación en Delincuencia Organizada (SEIDO) de la PGR, murió en el asiento del piloto de la camioneta Toyota Sienna, color gris.
Los dos hombres que le dispararon subieron a un vehículo Volkswagen, tipo Jetta, de color blanco, en el que escaparon.
El homicidio ocurrió ayer minutos después de las 13:00 horas en las calles Abel, casi esquina con Elsa, en las inmediaciones del Instituto Ateniense.
Tomó algunos papeles. Según testigos, Roxana Alpizar Islas estacionó su camioneta y antes de bajar tomó algunos papeles, entre ellos un recibo de teléfono.
Su distracción fue aprovechada por dos hombres jóvenes que usaban gorras, quienes se acercaron por el lado de la ventanilla del piloto y le dispararon en al menos cuatro ocasiones sin mencionar ninguna palabra o discusión previa.
La víctima recibió los tiros en el cuello, un brazo y en el rostro, a la altura del pómulo izquierdo.
Al lugar llegaron policías preventivos, quienes acordonaron el área para resguardar el cuerpo.
También arribaron mandos de la Policía de Investigación (PDI), quienes ordenaron ampliar el cordón de seguridad con más uniformados y hasta con granaderos.
El esposo de la víctima, quien se identificó como agente del Ministerio Público Federal, fue quien se encargó de reconocer el cadáver. Como parte de la investigación se revisan las grabaciones de las cámaras de seguridad para ubicar la ruta de escape de los homicidas.
En el año 2014, la señora Roxana Alpizar fue demandada por su esposo ante un juzgado de lo familiar de la Ciudad de México. Sin embargo todavía se desconoce el motivo de aquella querella.
La investigación quedó a cargo de la Coordinación GAM-6. Hasta el momento no se ha establecido el móvil del crimen ni tampoco si se trata de un ajuste de cuentas.
