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Sin un familiar o alguien cercano, ayer inhumaron los restos de la menor de año y medio de edad que apareció en una maleta en calles de la colonia Cuauhtémoc. Sólo le acompañaron el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Édgar Elías Azar, quienes reprobaron la violencia con que le cortaron la vida.
También recriminaron el olvido de los padres de la menor que a lo largo de un año no reclamaron su cuerpo. Incluso a punto estuvo de que sus restos se depositaran en la fosa común.
Las propias autoridades “bautizaron” como Ángela a la pequeña, porque la consideraban un verdadero ángel.
Se culpó del olvido y de permitir el homicidio a la sociedad, a los padres, abuelos, tíos e incluso vecinos de la menor, pues las autoridades no entienden cómo es que, hasta la fecha, nadie haya escuchado un grito, nadie vio nada, nadie denunció a tiempo las posibles agresiones, peor aún, a pesar de que se tienen identificados el rostro y los datos antropométricos de la persona que dejó la maleta en ese lugar, tampoco nadie haya dado pista de su paradero.
Ya en el panteón, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad, Édgar Elías Azar, dejó en claro que la tumba no significa que el caso quede en el olvido, al contrario, aseguró que permanecerá en este lugar para siempre recordarla y sin perder la esperanza de que algún día alguien la reclame y tal como lo exige la justicia, el responsable sea castigado, “esto simplemente no se debe permitir en la ciudad, esto demuestra que hay que trabajar mucho como sociedad y autoridades, esperemos nunca más tener un caso de éstos”, sentenció el magistrado frente al sepulcro de Ángela.
No hubo lágrimas, palabras de consuelo para nadie, ni abrazos. Sólo miradas de fotógrafos y personal del Tribunal Superior de Justicia que no daban crédito al hecho; sin embargo, se indignaron por la forma en que la niña fue privada de la vida, y más que nada, por el abandono que padeció después de todo el dolor que sufrió, “nadie merece esa suerte, ser enterrado sin nadie de su sangre es terrible, que Dios perdone a los que le hicieron eso y que a la niña la reciba con los brazos abiertos y con todo el amor que en vida le hizo falta”, susurró una de las asistentes quien no pudo contener las lágrimas.
El lugar donde se le dio sepultura esta muy retirado de la Ciudad de México, lo que también provocó molestia a los asistentes, “no les alcanzó para algo más cerca, hasta aquí ¿quién la va a venir a ver, a visitar, a dejarle flores, un juguete o algo? Pobrecita, de todas maneras se va a quedar sola y olvidada”, auguraba uno de los sepultureros, quien reveló que se cavaron cinco metros para enterrar a la menor y este mismo espacio hay lugar para otros tres cuerpos más.
Antes de llegar al panteón, en el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, anunció que el crimen no quedará sin resolver, pues en la ciudad ya existe un protocolo para erradicar, detener y sentenciar a todos aquellos que ejercen violencia de cualquier tipo en contra de los niños, acto que dijo, simplemente no puede volverse a repetir aquí.
“El ejemplo más claro del maltrato infantil es este, lo que no quisiéramos saber ni escuchar en una sociedad como la nuestra es este evento que vale la pena no olvidar, para que así no se vuelva a repetir de ninguna manera, no necesitamos escuchar más casos similares.
“Hoy la ciudad tiene un protocolo para que estos casos no queden en el olvido, para que no se repitan y se sigan las investigaciones a fondo, en un caso así entran en acción todos los motores de la fuerza del estado para dar con o los responsables de este tipo de eventos que como ya se demostró, laceran y lastiman a nuestra sociedad”, detalló Miguel Ángel Mancera.
Ahora, al fondo del panteón Memorial Naucalpan, en el Estado de México, justo en Jardín de la Esperanza, descansa en la fosa número 1712 Ángela, a quien solamente desconocidos le desearon paz y encontrar la felicidad en otras latitudes, pues aquí, en sus escasos años de vida, aparentemente todo fue dolor para ella.