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La noche de ayer, Ángel Jair “N”, Miguel Ángel “N”, Alexis Yovani “N”y Jorge Alberto “N”, arrestados el martes pasado en inmediaciones del metro Atlalilco luego de un enfrentamiento entre vagoneros y policías, fueron consignados al Reclusorio Oriente como presuntos responsables de los delitos de ultrajes a la autoridad, lesiones y resistencia de particulares.

Miriam Mireya “N” —madre, esposa y tía de los detenidos— denunció a EL UNIVERSAL que los arrestos fueron arbitrarios porque a sus familiares los con fundieron con vagoneros.
Contó que el martes pasado, su hijo Ángel Jair —quien trabaja como checador de una base de combis en Atlalilco— fue detenido porque los policías lo confundieron con uno de los vagoneros con quienes riñeron en el interior de la estación Atlalilco de la Línea 8 del Metro.

Al enterarse que su hijo fue aprehendido, Miriam, su esposo y sobrinos fueron a impedir el arresto; sin embargo, además de asegurar a Ángel Jair, también arrestaron a su papá Miguel Ángel y a sus primos Alexis Yovani y Jorge Alberto, además de un menor de edad quien logró salir bajo fianza.

El día de los hechos. Las malas noticias llegaron a la casa de Miriam el martes por la tarde. Ella acababa de llegar de la fábrica donde trabaja cuando sus vecinos le informaron que un grupo de policías había detenido a su hijo afuera del Metro Atlalilco.

“Mi hijo se había ido a trabajar, él es despachador de las combis de Atlalilco. No tenía mucho en mi casa cuando me avisaron que un grupo de policías se lo quería llevar porque lo habían acusado de vagonero. Después vino mi sobrino, que trabaja en la base de taxis a decirnos que ya lo habían detenido”, recuerda la mujer.

Alarmada por la noticia, Miriam, su esposo, sus sobrinos y su cuñada dejaron su vivienda y fueron a auxiliar a Ángel Jair. “Lo único que hicimos fue traer a mi hijo. A la mitad de camellón nos empezaron a agredir los policías”, asegura ella con la voz cortada.

“Íbamos dando la vuelta en la curva de Atlalilco cuando nos avientan la patrulla enfrente, a mi esposo le pegan, a mi sobrino lo patean y yo ahí en la bola, me empujaron, la policía me tenía ahorcada, jalada, que porque me quería subir a la patrulla”, recuerda.

Reconoce que enfrentó verbalmente a uno de ellos, pero cuando subieron a mi sobrino y a mi esposo a la patrulla, me soltaron.

Tras las detenciones, Miriam y sus familiares siguieron a las patrullas. “Llegando a la agencia de Ermita, resulta que no nos dejan entrar. Supuestamente los iban a meter a que los revisara el médico legista, pero los sacan por detrás, se los llevan a la (Coordinación Territorial Iztapalapa) 8”.

“Queremos que ven las cámaras y averiguen. Los (vagoneros) que se fueron están muy contentos en su casa, mientras nosotros estamos aquí sufriendo. Lo único que pido es que se tienten el corazón antes de levantar a la gente, no somos animales para que nos peguen, si nos van a levantar que sea de buen modo”, expresa.

Miriam aseguró que ninguno de sus familiares es vagonero; su esposo trabaja en una pastelería, su hijo es despachador de la base de combis y sus sobrinos de la base de taxis.
Según Miriam, el Ministerio Público les imputó cinco cargos a sus familiares: “por vagonistas, que supuestamente por robo, pandillerismo y los otros no los recuerdo, también los acusan de haber lesionado a policías, “mis hijos no hicieron nada”, afirma.

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