Las denuncias de robo a casa habitación donde los delincuentes usan uniformes “piratas” de dependencias del gobierno capitalino, de teléfono o de instalación de televisión por cable o vía satélite, incrementaron hasta en un 20% en la Procuraduría General de Justicia local (PGJDF) en comparación al año pasado.

Esto ha ocupado a las autoridades, quienes establecieron que por lo menos tres bandas operan de esta manera en las delegaciones Miguel Hidalgo, Coyoacán y las zonas de clase media alta en Tlalpan y Magdalena Contreras.

Una de estas —la más activa— esta integrada por colombianos quienes empezaron a usar el método de “disfrazarse” de empleados.

Con base a información del gobierno federal, al 23 de abril de 2015, se tiene registro de 644 colombianos presos en México (20% por narcotráfico, 45% por robo, 30% por delincuencia organizada, 1% por homicidio, 2% por lesiones personales y 2% por violencia intrafamiliar); y con datos que proporcionaron dos sudamericanos detenidos por este delito, la PGJDF inició revisiones en talleres en las inmediaciones de la colonia Doctores, muy cerca del bunker de la corporación, así como otras en Tepito, donde aparentemente se hacen, bajo pedido, uniformes tácticos de diversas corporaciones de seguridad, o con logotipos similares a empresas que instalan servicio de televisión, teléfono e incluso de las dependencias del GDF.

Los involucrados en este delito detallaron que las imágenes y logotipos de las empresas que quieren simular las obtienen del internet, algunos diseños de los uniformes los obtienen comprándoselos a los propios trabajadores, que nunca sospechan para que se utilizan, incluso, según testimonios, han robado a personal de estas empresas para llevarse accesorios.

Ya con todos los detalles se mandan a confeccionar el uniforme que pasa desapercibido por las empleadas domesticas e incluso por los propietarios de los domicilios previamente seleccionados para el robo. En estas bandas son parte importante las mujeres, quienes según la narrativa de los hechos, son las que hacen el primer acercamiento al domicilio.

Con el argumento de una promoción revisan qué objetos de valor hay en el domicilio y si hay cámaras de vigilancia.

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