Lugares de gozo, retozo y ahogo, así definió el cronista Armando Jiménez a las cantinas del Distrito Federal, esos lugares que sirven de refugio a amigos, propios y extraños. Espacios que nunca pasan de moda y que siempre tienen para ofrecer buena comida y bebida.

Desde décadas atrás existe una amplísima variedad de cantinas en la Ciudad de México, muchas de ellas, las más tradicionales y antiguas se concentran en el Centro Histórico, por lo que nos dimos a la tarea de buscar algunas de ellas, todas con buen sazón y precios accesibles para hacer una ruta que te permitiera acercarte al verdadero origen de esta cultura centenaria.

La influencia española, que viene principalmente del exilio acontecido entre 1939 y 1942, se nota en la propuesta gastronómica de las cartas que ostentan estos recintos, así como en muchos de sus detalles de decoración, donde abundan los motivos españoles. Pero, la esencia mexicana nunca se pierde en esas barras donde abunda el tequila y las cervezas nacionales y los detalles como bandera o sombreros charros.

El inicio de todo

En el último tercio del siglo XIX nacen en nuestro país estos espacios que se distinguen de las tabernas o cervecerías, que en ese entonces eran lugares populares, famosos por ser el punto de reunión para malandros. En ese contexto, las primeras cantinas se convierten en sitios de mucho más nivel donde se podía ver a gente que vestía y calzaba bien. Lugares con los buenos modales del viejo continente, con altos mostradores e impecables barras de maderas finas, algunas con metal pulido dispuesto para descansar los pies en las orillas de esas elegantes barras.

Sus mesas, muchas de ellas cubiertas de mármol, se distinguían por los acojinados asientos de sus sillas. Otro de esos rasgos distintivos eran sus vitrinas con espejos multiplicadores de imágenes y finas maderas que lucían portentosas tanto en la barra como en la contra barra. Y los licores dispuestos ahí: coñac, champagne, vinos europeos, licores, whisky. Todos esos detalles creaban una atmósfera un tanto sofisticada, un nuevo acercamiento social de esa época.

Hoy todo ha cambiado, pero la arquitectura original de la mayoría de estas cantinas no se inmuta. Algunas glamourosas (como la fachada e interior de La Ópera), otras modestas y sencillas. Y lo mismo sucede con la comida cantinera que no deja de ser, para muchos, el motivo principal de llegar ahí.

Cantinas para todos

Dos naciones, La Villa de Madrid, La Costa Azul, La Puerta del Sol, La Ópera, La India, La Mascota, Salón Madrid, todos esos nombres resuenan en la memoria colectiva de los defeños y se ubican en un privilegiado lugar geográfico: el Centro Histórico, una zona revalorada por gente joven que se va a estos lugares para dejarse soprender. Pero, la Ciudad de México no es el único territorio cantinero, la gran mayoría de las ciudades de la República cuentan con un muestrario de cantinas donde se hace alarde de nuestra única manera de comer. Todavía existen algunas, como la Cantina de Willy en Morelia donde el acceso es exclusivo para hombres. Guanajuato, Zacatecas o Guadalajara son algunas ciudades donde también se pueden hacer recorridos cantineros.

Y están las otras cantinas, esas nuevas propuestas que combinan la tradición con la modernidad. Difícil es encontrar en ellas, ubicadas mayormente en zonas exclusivas de las grandes ciudades del país, la “b otana”gratuita con cada trago, pero, sin duda, son una nueva y respetuosa concepción de estos añorados y magníficos espacios

Tío Pepe, la cantina perfecta

Los detalles más elegantes de este recinto porfiriano, establecida en el Barrio Chino en 1874, que nació con el nombre de 'Salón Habana', pero en 1890 cambió al actual, los encuentras en su barra y la hermosa vidriería que está detrás de ella y que luce el nombre de un famoso cognac. Al igual que todas las cantinas del centro histórico, Tío Pepe servía desde sus inicios, bebidas y cocteles pero también comida española y uno que otro platillo mexicano.

La gente que venía hace unas décadas era adinerada y muy bien arreglada. Todos eran hombres, mayores de edad, hasta que cambió la ley y las mujeres pudieron entrar a estos recintos. Esta cantina emblemática fue visitada por miembros de la Banda del Coche Gris, por el poeta beat William Burroughs y por personajes como Los Chamucos.

Actualmente acuden adultos ya entrados en años, turistas y jóvenes que gustan de nuevas experiencias, hombres y mujeres por igual.los tragos clásicos son excelentes y los sirven meseros que llevan muchos años trabajando allí y que además ofrecen botanas de canasta, como las mollejas o los huevos hervidos, y por supuesto, los cacahuates con chile de árbol, dominó y cartas. Una imagen que parecería copiada de las películas del cine mexicano de los años 50. A este lugar hay que llegar temprano porque se acaba la comida. Con cada trago, aderezado con el sonido de las voces, risas y los vasos chocando.

Dirección: Independencia 26 (esquina con Dolores) Tel: 5521 9136 Horario: lun-vier, 12:00 a 22:00 hrs.

El Gallo de Oro, meca cantinera

Fue fundada por el asturiano Antonio Huerta en 1874 y sus cambios desde ese entonces son muy evidentes como lo dice Enrique Valle miembro de la familia propietaria del lugar, en sus inicios a la cantina venían pintores y poetas a quienes atendió su abuelo, pero todo cambió con el temblor de 1985 “muchas oficinas y gente se fueron del centro y tuvieron que pasar muchos años para recuperarnos, tuvimos que aprender a trabajar con nueva clientela”.

De ser la cantina más cara en los años 70, pasó a bajar sus costos y a ofrecer bufetes para poder competir con otras cantinas y conquistar a los nuevos clientes. Pero el éxito de este lugar nunca se fue del todo y hoy es una cantina concurrida y con buena fama entre los conocedores. Hay muy buena comida mexicana, cortes de carne y la copa es accesible en costos. El lugar respira tranquilidad y el servicio hace sentir a cualquier persona, de cualquier edad, en casa. Sentarse en la barra es un lujo que ofrece este Gallo de Oro.

Dirección: Venustiano Carranza 35. Centro. D.F. Tel: 5521 1569

La Faena, motivos taurinos

“Ahorita el lugar anda un poco maltratadón”, dice Manuel Tenorio actual encargado de la inmensa cantina. “Teníamos muchos empleados pero ya no da. Había mariachis, norteños y tríos en la noche. En el 85, con el temblor, se vino todo abajo”. Pero, justo ese dejo de decadencia es lo que hace que La Faena sea uno de los lugares consentidos de jóvenes alternativos y el refugio permanente de sus clientes de antaño.

Esta tradicional cantina también conocida como Museo Taurino por la muestra de trajes y carteles de la fiesta brava que decoran el lugar, permite la convivencia de teléfonos de madera empolvada de inicios del siglo XX con sillas, mesas de plástico y una caja registradora considerablemente antigua al lado de un altar a la virgen de Guadalupe enmarcado por foquitos de colores.

En este contexto ecléctico visitaban el lugar en los años 70 y 80 clientes como el boxeador Mantequilla Nápoles, Tony Arce, famosas vedettes y travestís, los Inclán, entre otros. Desde esos años la carta con marcados toques españoles ha cambiado muy poco. Y parece ser que lo mismo sucede con la rocola, uno de los mayores atractivos del lugar.

Dirección: Venustiano Carranza 49 int.B, Centro, DF. Tel: 5510 4417 Horarios: vier-sab de 11:00 a  4:00 hrs.dom-jue de 11:00 a 23:00 hrs.

Salón Español, muestra cultural

Si bien esta cantina es considerada centenaria, hoy permanece siendo un punto de reunión de jóvenes, intelectuales, extranjeros y cualquier parroquiano que guste del buen comer y de las buenas bebidas, en específico el tequila, porque una de las mejores cosas que tiene el Salón Español es su carta de este destilado, con más de 140 marcas, algunas de ellas provenientes directamente de Jalisco, el estado de donde también es originaria su familia fundadora.

"Nosotros seguimos con la misma línea de cantina. A diferencia de los bares o cantinas actuales, donde cobran la comida que dan, aquí, un poco por el tema de la crisis, tuvimos que empezar a ofrecerla con la bebida” desde hace muchos años, dice Martín Ascencio, heredero del lugar. Esta cantina se ha ganado su buena fama por sus bajos costos, la excelente oferta gastronómica, que se basa en cocina mexicana, ya sea a la carta o en las “botanas”que ofrece con cada trago, sus famosas tortas de sardinas y atún. Los martes ofrecen pancita, los miércoles pozole, jueves paella y hay chamorro todos los viernes. Es, a decir de los clientes un lugar seguro, con buen ambiente y “sin bebidas adulteradas”.

Dirección: República de Argentina 25, Centro Tel: 5702 1719 Horarios: lun-sab de 11:00 a 23:00 hrs. dom de 12:00 a 18:00 hrs.

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