Ya se ha comentado anteriormente en este mismo espacio el hecho de que de manera incomprensible, los temas ambientales han sido prácticamente marginados de las campañas políticas en busca del voto popular en este 2018. No obstante lo anterior, vale la pena enlistar y resaltar algunos aspectos que se consideran trascendentes y necesarios de atender para poder contribuir a mejorar las condiciones ambientales y de calidad de vida de los mexicanos. 

Entre estos, destacan los que tienen que ver con la calidad del aire, cambio climático y energía limpia; biodiversidad y áreas naturales protegidas; planeación ambiental transversal; mejorar el procedimiento de evaluación de impacto ambiental; garantizar el derecho humano al agua así como a un medio ambiente sano, consagrados ambos en el artículo cuarto constitucional; atender los mares y costas de nuestro país; mejorar el derecho de acceso a la información, a la participación y a la justicia en materia ambiental; garantizar la seguridad de los defensores ambientales en México los cuales cada día están más amenazados por lo que hacen.

Tomando en cuenta esta lista de prioridades ambientales, vale la pena resaltar un par de estas.

En México, se estima que en 2015 cerca de 29 mil muertes y casi 558 mil DALY (años de vida ajustados por discapacidad), serían atribuibles a la mala calidad del aire. En función de ello, se proponen, entre otras medidas, que promuevan la aplicación de las normas sobre salud y calidad del aire, con mecanismos de coordinación y participación de las diferentes áreas involucradas (salud, medio ambiente, hacienda, economía) y otros sectores (iniciativa privada, academia y sociedad civil) con el fin de actualizar la normatividad. Se actualicen las normas de salud de contaminantes criterio, de acuerdo con los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud.

Además, deberán de actualizarse las normas de tecnologías para el control de emisiones en vehículos nuevos ligeros y pesados (NOM 042 y 044); garantizar la distribución en todas las gasolineras del país de Diesel limpio Ultra Bajo Azufre (UBA); utilizar sistemas de diagnóstico de emisiones de contaminantes a bordo (OBD); actualizar los estándares de tecnología aplicables a los vehículos para que sean conformes al modelo vigente en Estados Unidos y Europa (EPA10 y EURO VI); aprobar y actualizar las normas que regulan los vehículos en circulación, para ajustar sus valores a estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiendan a reducir al máximo los impactos en salud.

Por otro lado, México se caracteriza por ser un país con una gran cantidad de especies de flora, fauna y ecosistemas que lo posicionan como uno de los países megadiversos en el planeta. Es gracias a esta biodiversidad que se pueden respetar diversos derechos humanos, entre ellos, el derecho humano al medio ambiente sano, el derecho humano a la alimentación, el derecho humano al desarrollo y es por ello que su protección y manejo sustentable reviste especial importancia.

No obstante ello, cada año aumentan el número de especies que se encuentran en alguna categoría de riesgo debido a la fragmentación de ecosistemas, la sobreexplotación de especies, así como el tráfico ilegal. Es fundamental revertir la pérdida de biodiversidad, siendo uno de los principales instrumentos para ello las áreas naturales protegidas (ANPs) y los corredores biológicos.

En años recientes el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y la academia han trabajado para documentar el estado de la biodiversidad en el país, llegando a dos conclusiones relevantes: 1) que el principal instrumento para la protección del patrimonio natural ha sido el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (ANPs), mismo que se encuentra en la actualidad en una situación de extrema vulnerabilidad en razón de la falta de personal, programas de manejo y presupuesto suficiente; y 2) que buena parte de la biodiversidad se encuentra fuera de las ANPs por lo que se requiere de la implementación de otras estrategias para unir y/o garantizar la conectividad de las ANPs.

Considerando esto, se propone elaborar los programas de manejo para aquellas áreas que no cuentan con ellos, y la actualización o revisión de los programas de manejo existentes si estos tienen más de cinco años de que fueron expedidos; actualizar la información sobre las condiciones biológicas, físicas, geográficas, etc. de las áreas; fortalecer las capacidades técnicas de las instituciones (proporcionándoles de mejores equipos tecnológicos, así como entrenamiento), e incrementar el número de personal suficiente; realizar estudios de muestreos y demás estudios técnicos dentro de las ANPs, que reflejen datos objetivos de las condiciones actuales; fortalecer el marco legal para integrar las figuras que posibilitan la conectividad con las ANPs.

Por Gustavo Alanís Ortega, Presidente, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA), en exclusiva para El Universal.

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