Miguel nació en un hogar desgarrado por la pobreza. Su padre se fue al otro lado y su madre ha tenido que hacerse cargo de todo. Al principio, la abuela ayudaba a cuidarlo, pero ahora está en cama y no puede hacerse cargo de atenderlo.
La mamá de Miguel, durante todo su embarazo, imaginó que Miguel podría tener una vida mejor. Tendría libros y juguetes bonitos, iría a la escuela, tendría una profesión. No como ella, que nunca tuvo la oportunidad de estudiar. Apenas era una adolescente y ya iba a ser madre. Nadie le dijo cómo sacar adelante a su familia sola.