Los grandes cambios comienzan siempre con una idea. La historia humana es, en esencia, la historia de las ideas que nos transformaron. La diversidad de opiniones enriquece y fortalece a las sociedades, por lo que es necesario construir espacios que incentiven la expresión de distintos puntos de vista, multidisciplinarios e informados.
Como dice mi amigo el economista y pensador David Konzevik, estos tiempos difíciles nos obligan a examinar profundamente nuestras ideas, a repensar lo que hemos pensado y a pensar lo que no hemos pensado aún.