Todavía no amanecía cuando los habitantes de la zona lateral al Paso Exprés, en el sur de Cuernavaca, escucharon un ruido potente que provocó sobresalto en la región. El tronido, como de un “rayo seco”, despertó a Catalina Martínez, pero el sueño pretendía vencerla cuando escuchó otro estruendo, esta vez se alarmó. Eran alrededor de las 03:00 horas cuando la mujer y sus vecinos de la colonia Chipitlán se percataron que un tramo del libramiento de la autopista Cuernavaca-México se hundió.


Explica que los colonos estaban despiertos desde esa hora debido a que varias casas estaban inundadas por las lluvias que colapsaron el tubo del drenaje que lleva el agua a una barranca que atraviesa el Paso Express, cerca del Conalep de Cuernavaca.


A las 05:00 horas, Juan Mena Ruiz, de 59 años, y su hijo Juan Mena Romero de 33, salieron de su casa en la colonia Capiri, del municipio de Emiliano Zapata, para tomar la autopista y llegar a su trabajo en la empresa La Casa del Pavo, en el municipio de Jiutepec.


En su automóvil tomaron el segundo carril para el tránsito local, pero de pronto el socavón formado dos horas antes se los tragó. El auto, de acuerdo con las primeras investigaciones, cayó con las llantas hacia arriba. Nadie pudo rescatarlos en ese momento y al paso de las horas el reblandecimiento de la tierra provocó un nuevo desplome. Eran alrededor de las 09:40 horas cuando creció el hundimiento. Una pesada losa de concreto, piedras y tierras sepultaron prácticamente el auto y sus tripulantes.


“Al darnos cuenta del accidente llamamos a Protección Civil, fue nuestra forma de ayudar. Estábamos preocupados, en lo particular sentía impotencia por no poder hacer más; saber que dos personas estaban enterradas a unos pasos por un incidente que se pudo prevenir me dio mucho coraje”, asegura Catalina.

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