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La Fiscalía General del estado ordenó dar de baja a alrededor de 100 policías de seis municipios del estado que no acreditaron sus pruebas de confianza, informó el titular de la dependencia, César Peniche, quien explicó que ya fueron girados los oficios correspondientes a los alcaldes para que procedan a la destitución inmediata.

Lo anterior luego de que la semana pasada el gobernador del estado, Javier Corral, emitió un decreto mediante el cual se autorizaba a la Fiscalía a tomar el control de seis corporaciones policiacas municipales, entre las que se encuentran Nuevo Casas Grandes, Casas Grandes, Ignacio Zargoza, Madera, Temósachi y Gómez Farías, todos de la región noroeste de la entidad. A raíz de ello, fue enviado un grupo de agentes estatales a reemplazar a los oficiales, mientras se realizan pruebas de confianza y un adiestramiento de tres meses.

“Es del conocimiento de la población y de las autoridades que el crimen organizado ha estado operando en esos lugares sin que los policías municipales puedan hacer un frente efectivo contra los desplazamientos de grupos armados en esa región, por lo que es de suma importancia que el gobierno del estado asuma el control del territorio regional”, dijo al respecto el gobernador Corral.

La medida se deriva en parte del homicidio de seis policías municipales de Madera, quienes perdieron la vida en un enfrentamiento con grupos criminales.

El fiscal dijo que el centenar de agentes será retirado del cargo y todos aquellos que no hayan presentado los exámenes de control y no lo hagan a la mayor brevedad posible correrán la misma suerte.

Alcalde en huelga. El alcalde de Nuevo Casas Grandes, David Martínez Garrido, levantó la huelga de hambre que tenía desde hace 96 horas en protesta por la intervención que realizó la Fiscalía del estado en la policía del municipio que gobierna.

La inconformidad se derivó, dijo, de que mandos medios de la Fiscalía se presentaron en el ayuntamiento con la orden de que todos los policías serían trasladados a la capital del estado, donde se les aplicarían exámenes de confianza y recibirían la capacitación ordenada por el estado. “Esas no eran las formas, no se puede dejar de un día para otro a un municipio sin su policía”, dijo el edil.

Agregó que desde la semana pasada solicitó una entrevista con el fiscal del estado, César Peniche, pero nunca fue atendido, por eso se declaró en huelga de hambre.

Finalmente, el gobernador envió a tres representantes personales a quienes el alcalde planteó las condiciones en que opera la policía local y les hizo saber de su molestia.

Martínez Garrido dijo que no se llegó a ningún acuerdo todavía, pero terminó su huelga por considerar que con la intervención de los enviados del mandatario estatal se podrá alcanzar uno en los próximos días.

El presidente municipal reprochó que por la medida implementada en la última semana se dispararon al triple los robos a casa habitación.

“Los jóvenes dicen los fines de semana: ‘es viernes y el cuerpo lo sabe’; pues aquí no hay policía y los delincuentes los saben”, dijo el alcalde a manera de queja.

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