La artista Rinna Lazo, conocida como la “discípula favorita” del pintor Diego Rivera, donó el diseño original de una pintura elaborada en 1957, en pleno auge del Muralismo en México, para elaborar un mural que será colocado en el Planetario Ka’Yok, en Cancún.

“No es el muro de (Donald) Trump, no es el muro de la ignominia”, bromeó el director del Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología (Coqcyt), Víctor Alcérreca, luego de que la presidenta de “Amigos del Planetario”, Leticia Hassey, diera a conocer el magno proyecto, cuyo costo económico alcanza los dos millones de pesos, pero que es “invaluable”, a decir de Enrique Velasco, integrante de la asociación.

Conocida como “la mano derecha de Diego”, Rinna Lazó estuvo con él cuando pintó los murales que luce el edificio de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y el Museo de Antropología e Historia, en la Ciudad de México.

“Ella está donándonos este diseño, que ya lo pintó ella, a los Amigos del Planetario; es una donación firmada, patentada y a su vez nosotros la estamos donando a Ka’Yok para hacer un mural en la explanada”, indicó Hassey.

El Mural abarcará 20 metros cuadrados y será preparado por la propia Lazo, en la fábrica de mosaicos venecianos “Colorines”, en Cuernavaca, Morelos.

La artista supervisará la digitalización del diseño ya elaborado y el armado con más de dos mil mosaicos venecianos, colocados en paneles que serán trasladados hasta Cancún para armar la pieza completa.

Todo el proceso, traslado y colocación del Mural, llevaría dos años y deben juntarse dos millones y medio de pesos para financiarlo.

“Este diseño lo hizo Rinna Lazo en el año de 1957; ella es la principal alumna de Diego Rivera, quien decía que ella era su mano derecha. Ese diseño se pensó originalmente para el Planetario de Puebla; por algún motivo no juntaron los fondos para concretarlo y Rinna, desafortunadamente lo guardó durante muchos años.

“Casualmente nosotros sabemos que tiene ese diseño y le pedimos que lo adapte para el Planetario de Cancún, que es el Mundo Maya”, detalló.

La pieza está dividida en tres partes. La primera, es la que adaptó y muestra el Mundo, con indígenas esculpiendo en una tabla el número cero, mediante el cual pudieron hacer cálculos astronómicos y matemáticos; se aprecia el Observatorio de Chichén Itzá, mientras el sol se está poniendo; se plasmó el corazón sangrante de una doncella, el cual es ofrecido al Sol. La escena termina en un espiral que llega al Cosmos.

En el diseño del mural se observa una doble luna, que en realidad son sus dos caras, una de ellas, con un conejo al centro. En la tercer parte se manifiesta la Astronomía, los telescopios, los científicos, la Vía Láctea y hasta la perra Laika que fue enviada al espacio. La base de la pieza son las fauces del Dios Kukulkán (Quetzalcoatl), abarcando a la Ciencia.

Rinna nació en Guatemala, precisamente en el Mundo Maya. Pese a la resistencia de su padre, consiguió una beca para estudiar en la prestigiada academia de La Esmeralda, en la Ciudad de México, en donde conoció a Diego Rivera.

“Su papá le decía ‘no, no, tú de pintora no, tú a la casa a cocinar y tu hermano que vaya a la beca’. Pero Rinna llega, conoce a Diego Rivera en La Esmeralda y él dice ‘esta muchacha sí tiene talento’. Había muchas personas que querían ser pintoras y, desde luego, trabajar con Diego, pero la que pudo por su talento, fue Rinna. Ella nos está donando esto que es invaluable”, narró.

El mural es “un regalo para el pueblo”, de acuerdo con la entrevistada, quien comentó que empresarios y hoteleros le manifestaron el interés por colocarlo en algún centro de hospedaje o en la zona turística, financiando los costos.

“Grandes hoteleros  se acercaron a decirme ‘porqué no los llevas y ahí te financiamos’. No, yo no lo quiero en un hotel de la zona hotelera, lo quiero en el corazón de Cancún para el pueblo”, concluyó.

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