El presidente municipal de Huehuetlán El Grande, José Santa María Zavala, ganó las elecciones bajo las siglas de Movimiento Ciudadano (MC), partido del cual rápidamente se distanció.

Considerado al interior de su partido como una persona de carácter fuerte y conflictivo, al grado de confrontarse con el gobernador panista Rafael Moreno Valle, por discrepancias en la ejecución de obra pública.

Sin embargo, gracias a su relación con el diputado local Ignacio Alvízar Linares —ex integrante del equipo de Mario Marín y convertido al morenovallismo—, el edil logró zanjar las diferencias con la administración estatal.

Tan fue así, que en las pasadas elecciones del 5 de junio se le ubicó como operador político-electoral en esa región del candidato del PAN a la minigubernatura, Antonio Gali, delfín de Moreno Valle.

Su carácter fuerte lo llevó a tener conflictos al interior del Cabildo municipal, sobre todo con regidores del PRI, quienes cuestionaban posibles desvíos de recursos públicos.

En lo que coinciden sus correligionarios de partido y sus enemigos políticos, es en que era poco probable que el edil tuviera vínculos con personas sospechosas de pertenecer a la delincuencia organizada.

Santa María Zavala buscó en tres ocasiones ser candidato del PRI a la alcaldía, pero las dos primeras se la negaron y la tercera la perdió en una contienda interna. De ahí se fue a Movimiento Ciudadano, donde logró ser candidato y ganar.

Antes de entrar a la política, recuerdan sus allegados, se dedicaba a vender plantas de ornato. Cuando ingresó a las filas del Revolucionario Institucional logró una regiduría y formó parte del comité municipal de ese partido.

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