Puebla.—La escena plasmada en una fotografía, con la que fue crucificada en redes sociales y medios de comunicación duró sólo unos segundos, pero bastaron para que fuera objeto de bullying cibernético, su empresa la despidiera y pasara los peores momentos de su vida.

“Me han juzgado, pero falta la versión de la otra parte afectada”, dice la mujer de 24 años, Lydia Regina Cumming, ahora ex reportera de TV Azteca Puebla.

El viernes 27 de junio acudió a diversas regiones de la capital a tomar testimonios de personas afectadas por las fuertes lluvias que azotaron la región; visitó calles y colonias.

Tras recabar el testimonio de una familia en Misiones Guadalupe del Sur, la sorprendió una pareja que deseaba también viera las afectaciones en su hogar. En un par de segundos la cargaron en hombros.

“No hubo intención de humillarlos o hacerlos sentir mal, fue algo tan rápido y sin malicia, con gestos de humildad o amabilidad de estas personas”, afirma a EL UNIVERSAL.

Un fotógrafo plasmó la imagen. Las redes sociales se encargaron de hacerla viral y la bautizaron como #LadyReportera. “Hoy en día, la evolución de la comunicación nos permite ser jueces sin rostro y sin identidad y la distancia digital nos hace proclives a críticas tan duras que difícilmente haríamos de frente”, lamenta.

Cursó la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad AS Media y tras hacer sus prácticas profesionales en TV Azteca Puebla, fue contrataba por la televisora.

Cuando la imagen se hizo viral, la angustia llegó a su vida y tenía ganas de ir con cada uno de quienes la juzgaron para explicarles la otra cara de la moneda.

“Las personas que juzgaron y emitieron su juicio a partir de esta foto debieron conocer la segunda parte, el error está en que las personas me estén cargando, pero no saben lo que ocurrió antes en dos segundos… todos merecemos el beneficio de la duda y no ser juzgados solo por una imagen”, dice.

Lamenta que haya sido juzgada por falta de profesionalismo.

Incluso, ella reporteó su propia historia. Decidió hacer una grabación con los esposos que la cargaron. Visitó su domicilio y le contaron que están sufriendo, porque también son víctimas de acoso cibernético.

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