El autor de la quema agrícola que derivó en un incendio que devastó más de 244 hectáreas del Parque Nacional El Tepozteco está prófugo. Los brigadistas comunitarios lo conocen, la autoridad estatal lo tiene identificado, así como el sitio donde inició el siniestro, pero a cuatro días del peor incendio de la temporada, nadie lo ha visto.

Por la tarde el secretario de Gobierno de Morelos, Matías Quiroz Medina, confirmó que el responsable de la quema agrícola esta identificado pero descartó una acción penal en su contra. “Eso está sujeto a revisión”, sostuvo.

Voluntarios de la comunidad de Santo Domingo Ocotitlán, donde inició el fuego, ayudaron a las autoridades a identificar al presunto responsable pero nada aportaron sobre su localización.

El error del presunto productor movilizó a más de 200 brigadistas apagafuegos provenientes de dependencias federales, estatales y municipales, así como los tradicionales comuneros voluntarios que tomaron sus machetes, rastrillos metálicos y pañuelos para subir al cerro y combatir el fuego.

El presidente municipal de Tepoztlán, Lauro Salazar Garrido, aseguró que la expansión del incendio se debió a la reacción tardía de las autoridades estatales y dijo que desde el martes, cuando se detectó la ignición, solicitaron el apoyo de helicópteros, pero el gobierno del estado contestó que no tenía y en su lugar envió a brigadistas terrestres que no pudieron apagar las llamas.

Afirmó que las aeronaves del Estado de México y de la Ciudad de México se les terminó la turbosina el jueves, por lo que permanecieron sin operar durante cinco horas.

Por ello lamentó que el gobierno estatal no cuente con un aparato diseñado para esas tareas. “El estado no tiene un helicóptero apropiado para estos menesteres de irrigar los lugares de incendio”, dijo.

Integrantes del Frente Civil de Tepoztlán y brigadistas voluntarios apagafuegos secundaron las acusaciones del edil y subieron un video a redes sociales en el que señalaron que un incendio de este tipo requiere del apoyo de los helicópteros por los menos tres días. Es una zona “donde nosotros no le podíamos entrar, sólo el helicóptero”, narran.

Acusan que los helicópteros nunca arrojaron agua en San Juan Tlacotenco, una de las partes más altas del municipio. También muestran la expansión de las llamas. “Podemos correr del peligro, pero los árboles no”, señalan.

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