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Las investigaciones en torno a la desaparición de los tres jóvenes en Papantla derivaron en el descubrimiento de que los policías municipales los entregaron a miembros de la delincuencia organizada.

Con esa línea de investigación, la búsqueda de los tres muchachos —que fueron detenidos por policías municipales el 19 de marzo— se ha enfocado a dos regiones del estado de Veracruz, la zona norte y centro, en cuyo operativo participan elementos estatales, federales y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Los jóvenes desaparecidos son Noé Martínez, Alberto Uriel Pérez y Luis Humberto Morales.

Como parte de las indagatorias contenidas en la carpeta 326/2016, la FGE descubrió además que el auto en el que viajaba uno de los jóvenes tenía reporte de robo con violencia.

Por estos hechos fue detenido el jefe policiaco y siete oficiales más por el ilícito de desaparición forzada.

Se trata de los policías municipales Higinio Bastián Santiago, Rufino Pérez Baltazar, José Luis Ramiro García, Benito Velázquez Jiménez, Reyes León de la Cruz, Mauro Olmedo Hernández y el comisario (jefe) Bernardino Olmedo Castillo.

Ante ello, el gobierno del estado asumió el control de la seguridad en el municipio gobernado por el PRD, donde instaló el Mando Único y puso en marcha el operativo de seguridad denominado Blindaje Papantla.

El caso podría ser investigado por elementos de la Procuraduría General de la República (PGR), ante los indicios de que los municipales entregaron a los tres jóvenes a miembros de la delincuencia organizada.

Además, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) envió a visitadores a la zona para entrevistar a familiares y testigos sobre los hechos y exigió la depuración de la policía municipal.

Cadena de desapariciones. De acuerdo con el expediente, los jóvenes presuntamente fueron detenidos por policías que viajaban en las patrullas números 084, 060, 061, de acuerdo con la versión de los testigos.

Los padres y familiares de los jóvenes relataron que los desaparecidos fueron subidos a las patrullas y obligados a taparse con sus playeras.

Este es el segundo caso que se presenta en el año en Veracruz, en el que uniformados detienen a jóvenes que luego son entregados a miembros de la delincuencia organizada.

En enero, elementos de la policía estatal detuvieron en el municipio de Tierra Blanca a cinco jóvenes que viajaban en un auto particular y los entregaron a miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General del Estado, ocho policías, entre ellos el jefe de la delegación de Tierra Blanca, fueron detenidos acusados de desaparición forzada.

Durante las indagatorias descubrieron que tras ser entregados a la delincuencia organizada, los jóvenes —cuatro hombres y una mujer— fueron asesinados, sus cuerpos triturados en molinos de caña, y sus restos abandonados en un río de la zona.

En la investigación participaron peritos argentinos, quienes confirmaron que el ADN encontrado en el rancho El Limón pertenecía a uno de los jóvenes originarios de Playa Vicente.

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