Ubicarse en una zona altamente vulnerable a los impactos del cambio climático no fue suficiente para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negara la autorización de impacto ambiental y el cambio de uso de suelo al proyecto “Hotel Riviera Cancún”, promovido por el Grupo RIU, en Punta Nizuc, el cual fue aprobado en diciembre pasado.


Un estudio que elaboró Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para la Sectur señala que el Hotel Riviera Cancún, del grupo RIU, que se ubicará en Punta Nizuc, se encuentra en una zona altamente vulnerable a los impactos del cambio climático.

Tampoco bastó que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), desmintiera a la empresa, que negó a la Semarnat, la presencia de manglar en el predio costero de 20 mil 929.25 metros cuadrados, cuando en realidad dicho humedal está presente en el lugar, en cuya zona de influencia, además, se encuentran dos Áreas Naturales Protegidas (ANP): “Manglares de Nichupté” y “Parque Marino Nacional Costa Occidental, Isla Mujeres, Punta Cancún, Punta Nizuc”.

“El promovente manifiesta que en el predio no se encontró presencia de vegetación de manglar, sin embargo dicha aseveración es falsa (…) por lo cual el promovente debe garantizar que dichas obras no afectarán en ningún sentido la integridad del flujo hídrico y la cobertura de manglar (…)”, informó la Conanp a Semarnat, el 30 de noviembre del 2015, de acuerdo con el resolutivo que la Semarnat expidió a favor del Riu, el 18 de diciembre pasado.

Aunque el proyecto no cae dentro de ninguna de las dos ANPs, está “a pocos metros de distancia del límite del Parque Nacional” y por tanto posee conectividad ecológica con los ecosistemas de la zona, advirtió la Conanp, que luego de analizar el proyecto, lo consideró inviable.

“Del análisis realizado al proyecto Hotel Riviera Cancún, esta Dirección Regional opina que dicho proyecto no es viable con los esquemas de manejo y conservación que rigen la vida jurídica del Parque Nacional Costa Occidental (…)”, se indica en el documento, consultado por EL UNIVERSAL.

Disparidad de criterios

Las observaciones técnicas y legales hechas durante el proceso de consulta pública abierta en noviembre del 2015, por organizaciones ambientales, abogados y ciudadanos, también fueron desestimadas.

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) también señaló que en el sitio hay manglar o que existía una “deficiente e incorrecta vinculación con instrumentos normativos”.

Además, invocó el estudio de Vulnerabilidad de Destinos Turísticos ante el Cambio Climático, encargado por la Sectur al Conacyt, el cual ubica a Cancún y dentro de éste, a Punta Nizuc, como una zona altamente vulnerable.

El Grupo Ecologista del Mayab (GEMA) dijo a Semarnat que RIU “desestima” que su proyecto se ubica entre dos áreas naturales protegidas; que no aporta elementos sobre los impactos que el hotel tendrá en los flujos de agua subterráneos, en los manglares y arrecifes. “El promovente se limita a decir que no habrá impactos”, señaló.

La agrupación advierte que los impactos de la construcción y operación del proyecto, para el Parque Marino y Punta Nizuc podrían ser “irreversibles”.

Abogados que emitieron observaciones durante la consulta, subrayan que el proyecto es “incongruente”, incluso, con el Programa de Desarrollo Urbano de Cancún, (2014-2030); que incumple el Programa de Ordenamiento Ecológico Local (Poel) vigente y que no ahonda en los impactos en el arrecife y en acuífero subterráneo, de la salmuera (desecho de las plantas desalinizadoras).

Por el contario, el gobierno de Quintana Roo, a través de la Secretaría de Ecología (Sema), y el gobierno municipal de Cancún, a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano, consideraron que el proyecto es viable.

También el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), que anteriormente se había pronunciado contra el proyecto porque sus densidades violentaban el Plan Maestro y la vocación para Punta Nizuc, modificó su postura, luego de que RIU aceptara firmar un “acuerdo” para que la cadena española financie la ampliación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales “El Rey”.

El quinto hotel de Riu en Cancún

En marzo de 2015 la Semarnat le rechazó el proyecto de 565 cuartos en 15 niveles, en casi 21 mil metros cuadrados, al Grupo RIU, ante la ausencia de información suficiente que demostrase que no impactaría de forma irreversible algún ecosistema. En octubre presentó nuevamente el proyecto, con leves modificaciones.

El 18 de diciembre pasado, a través del oficio No. S.G.P.A/ DGIRA/ DG/ 08730, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), órgano desconcentrado de la Semarnat, autorizó el proyecto de manera condicionada, en materia de impacto ambiental y “por excepción”, el cambio de uso de suelo en terrenos forestales, a nombre de la empresa MX RIUSA II, filial mexicana del Grupo RIU.

La autorización ampara el cambio de uso de suelo en una superficie de 13 mil 733 metros cuadrados de selva mediana y mil 950.64 de matorral costero para la construcción y operación de un centro de hospedaje de 16 niveles, 530 cuartos hoteleros, miniclub, dos bares acuáticos, dos vestidores, toallero con caseta de animación y áreas abiertas dentro de las cuales hay áreas verdes, cuatro albercas, asoleadero, plaza, escaleras, rampa de madera y banquetas.

De este modo, de los casi 21 mil metros cuadrados que abarca la superficie total del predio, 19 mil metros cuadrados son desarrollables y en 15 mil 683.64 de esa superficie, aplica el cambio de uso de suelo en terrenos forestales autorizado y debe realizarse en la superficie “estrictamente” aprobada por la Semarnat, conforme al resolutivo consultado.

Aunque redujo su densidad, posee licencia de construcción expedida por el gobierno municipal de Cancún, para 270 cuartos por hectárea y altura de 20 pisos, parámetros que logró gracias a que la administración del alcalde, Paul Carrillo, modificó la clave de uso de suelo del predio, al reformular el Programa de Desarrollo Urbano de Cancún (2014-2030)

El anterior instrumento de planeación (PDU 2005), sólo permitía ahí 75 cuartos por hectárea, en edificios de tres niveles de altura.

La licencia de construcción para el proyecto original se dio en noviembre de 2014, antes de que Riu presentara a la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano la autorización de impacto ambiental y el cambio de uso de suelo, además de permisos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para la planta desalinizadora.

Lo anterior constituye una violación al Reglamento de Construcción para obra nueva, del municipio, razón por la que el secretario de Desarrollo Urbano, Rolando Melo, fue denunciado ante la Contraloría.

Entre las condicionantes que el proyecto debe cumplir, figura la de realizar el rescate de flora y fauna existentes en el predio, a través de un Programa que debe ser presentado por RIU, toda vez que en el sitio hay presencia de especies bajo categoría de riesgo, enlistadas dentro de la Norma Oficial Mexicana 059-2010.

RIU garantizó a la DGIRA que la flora y fauna rescatada será reubicada en el Área Natural Protegida, “Manglares de Nichupté”, cercana al predio.

Aunque la empresa española negó la presencia de manglar en el terreno, ofreció a la Semarnat aplicar un “Programa de Compensación en Beneficio de los Humedales”, lo cual quedó como una de las 7 condicionantes definidas en el resolutivo de autorización, firmado por el titular de la DGIRA, Alfonso Flores.

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