Guadalajara.— Lo que se perfilaba como un largo conflicto entre vendedores ambulantes del centro de Guadalajara y las autoridades municipales, se desactivó tras una reunión entre representantes de los comerciantes inconformes y el comisario de Seguridad Pública, Salvador Caro.

Desde la mañana del lunes, después de que el cabildo tapatío aprobara por unanimidad los reglamentos que regulan el comercio informal en el centro de la ciudad, cientos de ambulantes iniciaron protestas contra el alcalde Enrique Alfaro, quien ordenó operativos para evitar que los comerciantes se colocaran en el primer cuadro de la ciudad.

Por su parte, las autoridades aseguraron que a partir del 1 de diciembre 109 de los más de mil ambulantes censados en el centro tapatío podrían volver a esa zona, mientras que al resto se les ofreció cuatro alternativas: entrar en una bolsa de empleo con diversas empresas (400 plazas), locales en mercados municipales (alrededor de 110 sitios disponibles), empleo temporal (150 plazas para laborar de noviembre a enero), o acceder a recursos de un fondo para transitar de la informalidad al comercio establecido (aún no hay un monto asignado a esta bolsa).

Sin embargo, los comerciantes argumentaron que ninguna de las alternativas les convenía, pues ya habían invertido en mercancía para vender durante la temporada navideña.

Pasadas las 14 horas, el comisario de Seguridad, Salvador Caro, convocó a representantes de los vendedores a un diálogo dentro de la sede del gobierno municipal, y tras media hora de plática éstos salieron a decir a sus compañeros que por lo pronto no podrían vender en el centro, que tendrían que buscar otro sitio.

Teresa González, una de las líderes de comerciantes que más reclamaba la falta de sensibilidad del gobierno, dijo que las autoridades estaban ofreciendo hasta 2 mil pesos por semana en la bolsa de trabajo y que pronto podrían regresar a vender al centro de la ciudad, “pero regulados”.

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