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Tuxtla Gutiérrez .— A unos 90 kilómetros de Tecpatán, en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, el candidato independiente Rafael Jiménez, busca ganar la presidencia municipal.

Rafael es empresario. Gran parte de su campaña la financia a través de donaciones de sus amigos y bajo sus propios recursos también.
El organismo electoral local le dio poco más de 700 mil pesos para darse a conocer entre los votantes; dice que su campaña no tendrá más recursos que un millón de pesos en total.

“Yo no soy de familia rica, mis padres son maestros jubilados y ellos se sacrificaron mucho para poder darme estudios”, sostiene mientras encabeza una marcha de automóviles como parte de su jornada.

Administrador de empresas con estudios en Barcelona, España, el empresario de la construcción dice estar cansado de los institutos políticos y las nulas políticas públicas para los ciudadanos.

Él, Felipe de Jesús y otros siete aspirantes independientes más buscan dar la batalla para ganar alcaldías y son los únicos que no suspendieron campañas, como los candidatos partidistas que fueron castigados por autoridades electorales al no cumplir la paridad de género.

Entre sonido de tamboras y personas vestidas con playeras blancas con logotipos de conejos —animal que simboliza a Tuxtla Gutiérrez—, y que el candidato independiente ha tomado como imagen de campaña, cuenta que para su registro no le debe nada al gobierno, a partidos y, muchos menos, a grupos empresariales que imponen sus normas.

“Es un trabajo netamente ciudadano en el cual hoy tenemos altas posibilidades de ganar porque la elección del 7 de junio de 2015, el 83% de los pobladores de Tuxtla Gutiérrez no votó por no encontrar una alternativa viable”, explica Rafael.

A pesar de que antes era simpatizante del PRD y después de Morena, el único candidato independiente a la presidencia municipal de la capital chiapaneca asegura que ambos partidos se han vuelto comparsas del gobierno de Manuel Velasco y del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Sentado en la parte trasera de un camión descapotado que lo lleva en caravana por las calles de Tuxtla, Rafael promete que de llegar a la alcaldía despachará todos los días en la casa de gobierno, sin descanso y sin robar “como todos los gobernantes”.

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