La sincronía musical, la potencia y los grandes solos de instrumentos quedaron inmortalizados en los ojos de las 18 mil almas que acudieron a la Arena Ciudad de México a ver a la agrupación alemana Scorpions, que se consolidan en la industria como una de las más longevas con más de cincuenta años de trayectoria y quienes volvieron al país tras dos años de ausencia.

En el escenario se encontraba una manta con una corona, tal como la que se representa en la portada de su último disco Return to Forever.

Los cinco integrantes salieron en punto de las 21:13 horas con el sonido de una alarma de fondo. De pronto la manta cayó y los acordes de "Going out with a bang" comenzaron a sonar, con ellos acompañados por una gran pantalla y dos más a los costados.

Con la mayoría de su vestimenta en color negro llenaron de energía el recinto, despertaron los aplausos y con el sentimiento al tope la bandera de México se mostró durante "Make it real", cuando su vocalista Klaus Meine se aproximó a la punta de la pasarela instalada dentro de su producción para estar más cercano a sus fans, seguido por el bajista Pawel Maciwoda y los guitarristas Rudolf Schenker y Matthias Jabs; el único permanentemente en su lugar y en una tarima más alta fue Mikkey Dee (de Motörhead), quien sustituye al baterista original.

"Buenas noches México City, ¿cómo están?", saludó su vocalista en español. "Qué puedo decir, es un placer reencontrarnos con viejos amigos", agregó para dar pie a canciones como "The zoo" o "Coast to coast".

La banda forjada en 1965 regresó a la década de los setentas con canciones como "Top of the bill" o "Steamrock fever". La letra de "We built this house" apareció en la pantalla y poco tiempo después la velada se convirtió en un momento más íntimo al interpretar un set acústico que incluyó "Always somewhere", "Eye on the storm" y "Send me an angel".

Aunque en 2012 anunciaron su separación, dieron marcha atrás lo que causó el júbilo de sus fans, mismo que se despertó con los silbidos que encadenaron "Wind of change", que fue coreada por todos para seguir con la energía propia de "Rock'n roll band".

Luces blancas fugaces albergaron cuando corrían de un lado al otro del escenario, se movían de lugar y emocionaban al público que, al menos en la pista, era mayoritariamente joven.

Así Klaus agradecía constantemente mientras tomaba el pedestal de su micrófono para con su característica voz entonar "Dynamite". La fuerza retumbaba en el recinto que gritó cuando la plataforma de la batería se alzó hacia arriba lentamente mientras Dee complacía con un solo que terminó con las imágenes de sus distintos álbumes proyectadas.

En este repaso a su historia también sonaron "Blackout", "No one like you" y "Big city nights".

Al despedirse su vocalista subió a un niño con el mismo letrero que la parte trasera de su chamarra: "rock and roll forever", a quien abrazó emocionado tras corear junto a los asistentes el "olé olé".
"Los amamos México", gritaron al regresar al escenario con "Still loving you", mientras  Klaus se acomodaba una bandera en los hombros para cerrar con "Rock you like a hurricane" a las 22:50 horas.

rad

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