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Su disco Girls in peacetime want to dance fue sólo el pretexto para que Belle and Sebastian regresara al país para saldar una deuda con su público mexicano, quien durante su recital hizo un recuento de la discografía que se ha quedado en el iPod mental de todos sus asistentes.

El Pepsi Center de la ciudad de México fue el recinto que dio la bienvenida a la agrupación escocesa que durante casi dos horas llenó el ambiente de añoranza, euforia y alegría para beneplácito de los fanáticos.

Tras una breve actuación de Camilo VII y el cantante chileno Gepe, pasadas las 21:30 horas las luces del foro se apagaron en su totalidad y cientos de gritos, silbidos y aplausos no se hicieron esperar, anunciando que la espera por fin había terminado.

Con un escenario compuesto por tres pantallas LED y un despliegue de luces, Stuart Murdoch, vocalista de la banda, se plantó en el escenario junto a la agrupación y a partir de eso momento la fiesta comenzó.

Murdoch complació a sus fans, pero la gran sorpresa se la llevó él, ya que el público mexicano y sus compañeros le cantaron “Las mañanitas”, algo que no se esperaba y que agradeció.

Aunque durante el show el grupo sólo interpretó 14 canciones de su extensa discografía, la banda buscó englobar en este corto set list la mayor parte de su trayectoria.

Temas como “Nobody’s Empire” —que se desprende de su reciente álbum—, así como otras como “Allie”, “The Party Line” y “The Stars of Track and Field” fueron las primeras melodías con las que la agrupación deleitó a sus seguidores.

Aunque el español de Stuart no es muy fluido, eso no le impidió agradecer en el idioma de Cervantes a los presentes con un tímido “Buenas noches DF, ¿cómo están?”.

El show transcurrió entre gritos, porras, “Te amo” y “Son unos chingones”, que se mezclaban con canciones como “Piazza”, “Electronic Renaissance”, “The Power of Three”, “A Summer Wasting” y “Legal man”.

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