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No es una casualidad que ninguna celebridad latina apoye a Donald Trump. Raquel Saed, académica de la Universidad Iberoamericana con maestría en política estadounidense, explica:

“No me imagino a Selena Gomez o a Edward James Olmos adhiriéndose a la campaña de Trump porque él marcó su línea desde el principio de su campaña”, dice en referencia a los comentarios del candidato republicano en contra de los migrantes mexicanos.

Ya un editorial de hace un año en The New York Times avizoraba lo que hoy sucede: “La grotesca campaña de Trump es un reality que hará explotar el potencial del lectorado latino”.

Así ha sido por lo menos en el ambiente del espectáculo, en donde cada vez más famosos se pronuncian en contra del candidato republicano y a favor de Hillary Clinton. La más reciente, Alicia Machado, quien fue maltratada por Trump cuando fue Miss Universo (la llamó Miss Piggy) y que ya anunció que, puesto que ya tiene la ciudadanía estadounidense, votará por Clinton. Así que la polarización de la sociedad estadounidense también se ha reflejado entre los famosos estadounidenses, según explica Saed.

“Las celebridades son líderes de opinión por naturaleza. Su trabajo pone a los famosos frente al micrófono y para ellos es hasta una obligación manifestar públicamente su postura”.

Para la académica, los cantantes y actores apoyan a Clinton con la idea de ejercer un contrapeso a la figura de Trump. “Han salido con mucha fuerza a favor de la demócrata porque Trump conoce muy bien la lógica mediática. Él es su propio líder de opinión y pretende hablar en nombre de todos. Por eso, todas estas personalidades como Susan Sarandon o Bono salieron a los medios para contrarrestarlo. Para decir: ‘yo voy con Hillary Clinton’ y que así más votantes, latinos o no, se suban al carro ganador”.

Por eso, en el otro lado de Trump no hay famosos latinos. Hay poca identificación con su liderazgo, el cual cunde más entre celebridades como Joe Perry (Aerosmith), Hulk Hogan, Stephen Baldwin, Jesse James, Jon Voight, Mike Tyson, Kid Rock, Tila Tequila, Kristie Alley, Syllvester Stallone, Chuck Norris, Clint Eastwood y Gene Simmons.

Saed explica que sí hay incluso una organización de latinos que apoyan al candidato republicano pero que es natural que eso no suceda entre los famosos: “Pienso en Eva Longoria, que tiene una responsabilidad (por su ascendencia mexicana). Es una líder de opinión que les da la obligación de emitir una opinión con bases, con argumentos. Son figuras con credibilidad y prestigio que al presentarse y decir: ‘voy con esa candidata’, ejercen una influencia entre los votantes”.

Por eso mismo, el proceso electoral estadounidense, que terminará el próximo 8 de noviembre, presenta otro fenómeno peculiar.

Las manifestaciones de los famosos no siempre van enfocadas en apoyar a Hillary sino en criticar a Trump.

“Lo hemos visto por ejemplo en el concierto de Bono, en cuyos conciertos dibuja a Donald como un tipo enojado y hasta cruel”.

Y así lo vimos con Roger Waters en sus shows en la Ciudad d México.

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