El director artístico español Manuel Gil Parrondo y Rico, ganador de dos Oscar por su trabajo en "Patton" (1970) y "Nicholas y Alexandra" (1971) y conocido por participar en películas como "El Cid" o "Doctor Zhivago", fallecido hoy en Madrid a los 95 años, informaron fuentes de la Academia de Cine.

Gil Parrondo, uno de los directores artísticos más reconocidos del mundo, fue nominado al Oscar por "Travels with my Aunt" (1972) de George Cukor, y logro cuatro Goya a la mejor dirección artística: "Canción de cuna" (1994), "You're the one" (2001), "Tiovivo c. 1950" (2005) y "Ninette" (2006), todas de José Luis Garci.

Su sobrino Oscar explicó a Efe que Gil Parrondo falleció esta tarde en su domicilio, en el que vivía junto a su mujer, Gabi Insúa. "No tenía otra enfermedad que la de ser mayor. Este año hemos estado rodando, a partir de una novela de Sánchez Piñol, una película -"Cold Skin", aún sin estrenar- y seguía en activo", detalló.

Nacido el 17 de junio en 1921 en Luarca (norte), comenzó a trabajar como ayudante de decoración en 1939 y en 1951 asumió la dirección artística de la película "Día tras día", de Antonio del Amo, e inició una prolífica etapa para luego trabajar en diversas producciones estadounidenses que se rodaban en España.

Fue el responsable de decorados tan impresionantes como los de "Lawrence of Arabia" (1962) o "Spartacus" (1960) y trabajó con directores como George Cukor, Stanley Kubrick, Orson Welles o Anthony Mann.

Aseguraba que él no había hecho películas "ni buenas ni malas" y achacaba su participación en películas como "The return of the Musketeers" (1989), de Richard Lester, o su trabajo con actores de la talla de John Huston, Ava Gadner y Charlon Heston a su "buena suerte, además de algo de trabajo".

Siempre se sintió decorador de cine más que director artístico y decía que eso, a pesar de "las máquinas diabólicas", como él se refería a la tecnología digital, no había variado.

Durante su carrera, también trabajó en series de televisión como "Anillos de oro" de Pedro Masó o "La Regenta" de Fernando Méndez-Leite y montó la escenografía de obras teatrales como "Arsénico y encaje antiguo" (1987), "Tres sombreros de copa" (1992) o "El diario de Ana Frank" (2002) de José Tamayo.

El realismo en el decorado era su seña de identidad ya que creía que la función de este era "copiar a la naturaleza" y que lo "falso" pasara "inadvertido", máxima a la que fue fiel toda la vida.

sc

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