San Sebastián.— La actriz británica Emily Watson, galardonada ayer con el Premio Donostia a la trayectoria en el Festival de Cine de San Sebastián, dijo que se siente afortunada por la “increíble” carrera que ha desarrollado y aseguró que aún le restan “muchas ambiciones” por cumplir en el cine.

En una comparecencia ante los medios previa a la entrega del galardón, Watson expresó que para ella supone “un honor” recibir el premio y destacó a Robert Altman y Lars Von Trier como los directores que más la han influenciado.

A Altman, quien la dirigió en Gosford Park, lo definió como “el ser más extraordinario” que ha conocido: “Era un filósofo del cine, no seguía las normas de nadie”, dijo la actriz, que no respondió cuál es la película de la que siente más orgullosa porque eso “es como decir quién es tu hijo favorito”.

En Gosford Park (2001), que sigue las relaciones entre aristócratas y sirvientes en la década de 1930, Watson compartió escenario con Maggie Smith, Helen Mirren y Kristin Scott Thomas, entre otras actrices.

Cinco años antes, en 1996, debutó en el cine con Breaking the Waves (Rompiendo las olas) del danés Von Trier, en la que dio vida a Bess.

“Rodar con él fue un gran desafío. Me sumergí por completo en el papel al punto que olvidé que estaba en una película”.

La filmografía de Watson también incluye cintas como The Boxer (Jim Sheridan, 1997), Angela’s Ashes (Alan Parker, 1999) y Hilary and Jackie (Anand Tucker, 1997). Esta última y Rompiendo las olas le merecieron nominaciones como Mejor actriz a los premios Oscar y Globos de Oro.

“Si eres interesante, consigues papeles interesantes”, respondió Watson a una pregunta relativa a la dificultad de las actrices para conseguir trabajo en Hollywood una vez que dejan de ser jóvenes.

El Premio Donostia es el único que se entrega en esta edición de San Sebastián, que concluye el sábado.

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