Ha llegado la hora de acudir a las urnas. Sin exagerar, hoy los mexicanos tenemos una cita con la historia, pues se trata de la jornada electoral más grande que México haya vivido y en la que están en juego no sólo los varios miles de cargos federales, estatales y locales a elegir, sino el rumbo mismo de nuestra nación y el modelo de desarrollo que deseamos tener.

Independientemente del proyecto de país que apoyemos, de entre los que presentan cada una de las coaliciones partidistas, es crucial, en primer lugar, que este día efectivamente vayamos a elegir a quienes nos gobernarán. El no hacerlo significaría avalar que todo siga igual.

Es pues nuestro deber ciudadano acudir a las urnas, pero de manera informada, razonada, consciente y plenamente libre, a partir de una decisión moldeada racionalmente. Es ahora cuando los ciudadanos más podemos hacernos escuchar, por ello expresemos de esa manera, con total convicción y en congruencia con nosotros mismos y el proyecto de país que deseamos.

Además, por el explosivo contexto social y el nivel de violencia registrado a lo largo de toda la campaña en diversas partes del territorio nacional, proveniente principalmente de grupos de la delincuencia organizada, que ciertamente pusieron en jaque a los sistemas electoral y de seguridad mexicanos, es necesario que toda la ciudadanía, como gesto de defensa de nuestras instituciones —las únicas válidas y con autoridad—, acuda a sufragar con prudencia y en paz.

Debemos tener en cuenta que por estos días asistimos a una auténtica lucha por el poder, que no es convencional, reflejada en las múltiples muertes y ataques a políticos y todas las otras expresiones de violencia política que recientemente hemos presenciado, lo que hace necesario que todos participemos para, de ese modo, hacer patente nuestro respaldo a nuestra aún joven democracia.

Como sucede cada seis años, y como es natural, todos los ciudadanos en México nos encontramos a la expectativa de lo que esta elección pueda traer, para bien, en el futuro cercano; y lógicamente todos deseamos que ganen nuestros candidatos, pero al ser esto imposible, sin distinción debemos conducirnos con civilidad y patriotismo, y con la idea en mente de que todos somos mexicanos y deseamos lo mejor para el país. Los contendientes, por su parte, tendrán que respetar los resultados de una elección que esperemos sea limpia.

En ese sentido, pasada la elección y habiendo ganado quien la mayoría así lo haya determinado, deberemos iniciar la reconciliación y, es más, la reconstrucción de nuestro México, en términos sociales y morales. Hoy por lo pronto, todos a votar.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses