El crecimiento desmedido de los centros urbanos, frecuentemente desorganizado y que rebasa casi siempre la capacidad de los gobiernos para hacerle frente, tiene como efecto que actualmente uno de los retos más acuciantes para las grandes ciudades sea sin duda la movilidad.

Debido a que franjas mayoritarias de las poblaciones en todo el mundo se desplazan cada vez a más a las ciudades, es constantemente necesaria la reinvención de la infraestructura de transporte.

Porque además, al igual que ocurre con el diseño o planeación urbanos, los servicios de transporte público son factor principal a la hora de generar una dinámica social positiva, ya que inciden directamente en la calidad de vida de las personas.

El que el sistema de transporte de una gran zona metropolitana sea eficiente y funcional no sólo favorece su interconexión y funcionalidad, sino que incluso ayuda a disminuir algunos índices delictivos y a reactivar determinadas zonas aisladas y deprimidas.

Al mismo tiempo, cuando una plataforma de transporte público es incluyente, accesible en costo y digna, también coadyuva en la diminución de la desigualdad social. Habría que agregar además que todo sistema de transporte público de calidad hoy por hoy debe ser sustentable.

Como evidencia de lo anterior, EL UNIVERSAL publica hoy varias historias de cómo el Sistema Integrado de Transporte del Valle de Aburrá (SITVA), en Medellín, Colombia, en funciones desde 2011, ha repercutido positivamente en la vida de miles de personas, precisamente por su eficiencia, bajo costo y calidad, y pese a que la demanda del servicio ha aumentado, pero no a costa de sus cualidades.

La movilidad que surgió en Medellín hace siete años ayudó incluso a combatir estigmas y prejuicios hacia los habitantes de zonas marginadas, quienes por ejemplo ahora pueden conseguir empleo sin enfrentarse al rechazo sólo por su lugar de origen. Este es pues buen ejemplo de lo que una adecuada planeación y la oferta de un transporte público de calidad puede generar: un círculo virtuoso de desarrollo y progreso para sus habitantes.

Quizás en México ejemplos como éste deben servirnos de guía para comenzar a impulsar un sistema de transporte colectivo interconectado en nuestras grandes zonas metropolitanas, como la capital, la de Monterrey o la de Guadalajara, por mencionar las tres más grandes del país.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses