La mayor parte del siglo pasado México fue considerado una potencia petrolera. Todavía en el primer lustro de este siglo la producción de petróleo se mantuvo a niveles récord con el precio del barril en máximos históricos. Pero a partir de ese momento se consumó lo que tanto se había previsto, el decaimiento de la industria.

Un pronóstico certero que se había originado por una deducción simple: los ingresos por exportación de crudo se destinaban al gasto público sin que hubiera una reinversión para desarrollar de manera plena actividades de exploración o de actualización tecnológica.

México se convirtió, así, en pocos años, por omisión o negligencia, en una nación altamente dependiente del exterior en materia energética.

De acuerdo con información que hoy publica EL UNIVERSAL, quien resulte triunfador el próximo 1 de julio encontrará que se compran en el extranjero altos volúmenes de gasolina y gas LP, y que las adquisiciones de gas natural son las más cuantiosas en la historia del país.

Para la actual administración las importaciones de hidrocarburos han significado erogar casi 140 mil millones de dólares. Ese costo tan elevado representará un virtual talón de Aquiles en el próximo gobierno.

Aunque en este sexenio se aprobó una reforma energética que permite lo que mucho tiempo fue tabú, la participación privada en el sector, los primeros proyectos apenas están en marcha y todavía pasarán algunos meses o años para poder conocer si la apuesta se dirige en la dirección correcta.

Para quien llegue a ocupar la Presidencia, el sector energético debe convertirse en uno de sus objetivos centrales. No puede permitirse que una industria que llegó a ser la más importante para el país siga sin alcanzar la reactivación. De la pujanza que tuvo antaño hoy sólo quedan zonas casi fantasmales en el sureste del país, como Ciudad del Carmen y Coatzacoalcos, donde la economía giraba en torno al petróleo y ahora se encuentra prácticamente detenida.

La sociedad requiere escuchar propuestas detalladas de la estrategia para sacar adelante una industria que aún tiene potencial por delante. En fechas recientes se han hecho anuncios del descubrimiento de importantes yacimientos de hidrocarburos. Su correcta explotación debe generar riqueza para miles de trabajadores y para las zonas petroleras.

Tener plan de ruta a largo plazo es lo que hace falta al sector energético. ¿La reforma será parte de la solución?

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses