Las relaciones entre México y Estados Unidos se encuentran en un momento delicado desde hace tiempo. Desde el punto de vista comercial, la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) sigue su curso sin la certeza de que culmine favorablemente para las partes involucradas. En el aspecto diplomático, la migración indocumentada de mexicanos y centroamericanos hacia ese país sigue en el centro del debate.

El fundamento de estas tensiones es la política hostil del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia México. Con la estridencia que lo caracteriza, el republicano emplea sus redes sociales para sostener sus causas, incluidas las más radicales, aun cuando en ocasiones es impreciso en la información que publica. Tal es el caso de una procesión de poco más de mil migrantes centroamericanos que marchan en caravana por carreteras o las vías del tren en el estado de Oaxaca, en el sur de México.

La intención de este movimiento es marchar dentro de algunos estados de México para visibilizar la crisis de violencia que padecen distintos países de Centroamérica, no llegar a territorio estadounidense. De esta manera, Trump publicó en Twitter un mensaje inexacto en el que pidió a las autoridades mexicanas detener a los migrantes antes de que presuntamente lleguen a territorio estadunidense.

¿Cuál es el proyecto de la administración de Trump respecto de México? Lo cierto es que desde que asumió el cargo, el presidente de Estados Unidos ha mantenido la dureza de sus posiciones respecto del TLCAN y en los asuntos migratorios. No obstante, ha quedado de manifiesto que la agenda no va más allá, lo que revela la corta visión del actual ocupante de la Casa Blanca sobre la relación bilateral.

Desde Twitter, Trump exige una acción unilateral al gobierno mexicano sobre un hecho particular, sin embargo el problema migratorio es bastante más complejo y requiere esfuerzos tanto de Estados Unidos como de México, así como de las naciones centroamericanas vecinas. Aunque Trump se empeñe en presionar con su agenda desde redes sociales, la solución a la migración indocumentada pasa por la armonización del trabajo conjunto de las autoridades de estos países en la materia.

Los desplantes de Donald Trump hacia México son constantes desde hace tiempo y, al llegar al poder, sus políticas más agresivas se han materializado. Las autoridades mexicanas deben descartar que esto cambiará en el tiempo. Sin embargo, lo que no puede permitirse es que la relación bilateral se banalice al punto que las vidas de millones de personas migrantes sea impactada negativamente por políticas irreflexivas. En lo posible, es eso lo que hay que evitar, lo que hay que neutralizar.

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