Los Estados —modernos y antiguos— basan su supervivencia en el cobro de impuestos. Es la forma en la que pueden solventar gastos en infraestructura, educación, salud o seguridad.
A pesar de ello, buena parte de la sociedad mexicana no se caracteriza por cumplir a cabalidad con el pago de impuestos. Estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos sobre cobro de impuestos en relación con el producto interno bruto muestran que en 2015 Dinamarca tuvo la mayor relación impuestos-PIB (46.6%) entre los países de la OCDE; en el lado opuesto, México tiene la relación más baja (17.4%) entre las naciones que conforman al organismo.
EL UNIVERSAL presentó este martes una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad en la que se muestra cómo las agencias de automóviles alientan a compradores a no dar de alta el vehículo en la Ciudad de México, sino en entidades como Morelos, donde no se cobra el impuesto por la tenencia.
Cuando un ciudadano cuestiona al servidor público por incurrir en actos de corrupción, es preciso preguntar si de manera individual esa persona está cumpliendo con sus deberes cívicos, uno de ellos el pago de impuestos.
Probablemente, a la vista de muchos, esa práctica no sea un ejemplo claro de corrupción, y desde su perspectiva ésta se presenta únicamente en funcionarios y gobernantes. Sin embargo, dar de alta vehículos en Morelos y no en la CDMX demuestra la intencionalidad de eludir el pago, acompañada incluso de cinismo y prepotencia, pues además de ciudadanos, incurren en ello empresarios, asambleístas, diputados, senadores y funcionarios de la Suprema Corte.
Pero emplacar en Morelos no es el único problema. Hay más acciones, desde evadir el pago de la luz u otro servicio público hasta tirar la basura en la esquina.
¿Quién replica a quién? ¿La ciudadanía al gobierno o el gobierno a la ciudadanía? ¿En qué momento se perdieron los valores en la sociedad mexicana?
Probablemente en este momento esa discusión pase a segundo término y se tenga que asumir que el desempeño con integridad debe ser generalizado: la administración pública al ofrecer transparencia total en el uso de los recursos públicos y la ciudadanía cumpliendo con sus obligaciones.
Ayer el ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente planteó en un foro la necesidad de transformar la cultura del mexicano para que sea totalmente intolerante a la cultura de la corrupción.