Las tragedias dejan siempre amargas enseñanzas. Así fue con el sismo de 1985 en la capital del país y con el estallido de la zona gasera en 1984 en San Juanico. Luego del temblor las reglas de construcción se hicieron más estrictas y tras la explosión ocurrió para frenar los asentamientos urbanos cerca de las áreas de operación de las empresas gaseras.

Hace 10 días ocurrió el desplome de un avión en Cuba poco después de despegar, que dejó 111 muertos. La aeronave pertenecía a una firma mexicana, tenía 39 años de antigüedad y cumplía todas las condiciones de aeronavegación. Apenas en noviembre de 2017 había aprobado la verificación anual que realiza la Dirección General de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

¿Son muchos 39 años de antigüedad para un avión de pasajeros? EL UNIVERSAL se dio a la tarea de que expertos y autoridades respondieran esa pregunta y los resultados aparecen hoy.

Para la autoridad, cualquier aeronave puede operar de manera confiable mientras cumpla con la correcta aplicación de su programa de mantenimiento y de las directivas de aeronavegabilidad. Aeronáutica Civil señala que conforme a las prácticas internacionales, en México no existe regulación o recomendación que prohíba, restrinja o establezca un límite de edad de operación de las aeronaves.

Sin embargo, expertos en el tema aseguran que la vida útil de un avión es de 20 años o 50 mil horas de vuelo; a partir de ese momento, consideran, el avión presenta “fatiga” y requiere de mantenimiento mayor para operar de manera confiable. Entre más años tenga, se recomienda que el vehículo se utilice sólo para el transporte de mercancías, no de pasajeros.

En el país seguramente no hay otra aeronave que reciba un mantenimiento continuo y estricto que el avión presidencial, a pesar de ello el anterior tuvo una vida útil de 28 años, de 1987 a 2015; el que lo reemplazó está previsto que su utilidad merme a partir de los 25 años.

Los aviones de las aerolíneas comerciales más conocidas tienen promedios muy por debajo de los 20 años, pero hay otras de menor tamaño cuya flota tiene un promedio de antigüedad cercano e incluso superior a lo que recomiendan los expertos.

En 2016 se presentó en la Cámara de Diputados una iniciativa para modificar la Ley de Aviación Civil para evitar que aviones con más 20 años de antigüedad ofrecieran el servicio de transporte de pasajeros. El proyecto no prosperó.

El accidente que involucró a una aerolínea mexicana en Cuba debe ser la oportunidad para abrir un debate sobre el tema. Actualmente son mayoría las firmas que cuentan con flotas jóvenes. Es el momento de presionar por un cambio para garantizar a los viajeros la seguridad de las aeronaves. Los millones de pasajeros que cada año toman un avión lo agradecerán.

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