Velocidad y adrenalina puras se vivieron ayer por la tarde noche en el Hipódromo de las Américas. Fue una jornada soleada en la que familias enteras disfrutaron de emocionantes carreras y alentaron durante varias horas a sus jockeys favoritos.

Ya sea en las suites, palcos o tribunas, los aficionados a las competencias ecuestres siguieron sin parpadear el desempeño de potrancas y caballos esperando el triunfo que los haría acreedores a un estímulo económico.

El espectáculo mantuvo en sus lugares a los miles de aficionados que se dieron cita en el Hipódromo. Los que más adrenalina provocaron fueron los corceles y potrancas que recorrieron apenas 274 metros. Un parpadeo fue suficiente para conocer al ganador.

Las carreras de más de un kilómetro consiguieron que los asistentes se levantaran de sus asientos para alentar en los últimos metros a
sus preferidos.

“¡Vamos.. vamos... aprieta!”, gritaban los fanáticos a los jinetes. Algunos de ellos, finalizado el recorrido, rompieron su papeleta decepcionados al saberse perdedores.

Y aunque el meteorológico pronosticaba lluvias para ayer por
la tarde, el clima fue benévolo y permitió realizar sin contratiempos una más de las celebraciones por
el centenario de El Gran Diario
de México.

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