Encerrado en un palco, Francisco Palencia lució acalorado durante los primeros minutos, cuando los rayos del sol purépecha aún se estrellaban en el vidrio del símil de cabina en el que estaba, pero el director técnico de los Pumas realmente se sintió asfixiado cerca del ocaso, cuando se oficializó el fin de un oscuro torneo para su equipo.

Goleada (4-0) que eliminó a los universitarios y sacó del fondo de la tabla de cocientes al Morelia. Ironías del futbol, el aire que faltó a los universitarios fue el recobrado por los michoacanos, quienes ya controlan su destino. Tienen una unidad de ventaja sobre los Jaguares de Chiapas en la batalla por no descender.

Eso explicó el júbilo en las tribunas del estadio Morelos. La directiva local decidió obsequiar las entradas para el encuentro. Éxito total... Hasta los Pumas cooperaron con inverosímiles equivocaciones en instantes clave.

Total desastre auriazul
Total desastre auriazul

Ninguna como el de Alfredo Saldívar, otra apuesta fallida de Palencia. El portero auriazul quiso salir con balón controlado en aquella jugada que Abraham González le retrasó.

Aldo Rocha se avivó y propició el penalti anotado por Raúl Ruidíaz (22’). Primero de los tres festejos del depredador peruano, quien llegó a ocho en el torneo, para colocarse en el liderato de goleo individual.

El sudamericano aprovechó las facilidades otorgadas por los defensas centrales Gerardo Alcoba y Pablo Jaquez. No, los Pumas no han aprendido a vivir sin el zaguero paraguayo.

Y verán la Liguilla a través del televisor.

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