Medellín.— El zaguero Alan Ruschel y el periodista Rafael Henzel, dos de los seis sobrevivientes del accidente aéreo en el que perecieron 19 futbolistas del conjunto brasileño Chapecoense, fueron dados de alta el martes y van de regreso a su país de origen, anunció el hospital San Vicente de Paul de Rionegro.

El avión con los miembros del Chapecoense se estrelló contra una montaña a las afueras de Medellín, el 28 de noviembre, donde un total 71 personas fallecieron.

La oficina de prensa del centro asistencial confirmó que los pacientes fueron traslados en ambulancias a la base del Comando de Combate Aéreo de Rionegro.

Ruschel está en proceso de recuperación de una fractura en la columna vertebral y requiere tratamiento con antibióticos y ya puede caminar y hablar, según un video que él mismo compartió el miércoles pasado.

Ruschel es el segundo jugador en partir, el primero fue el arquero Jakson Follmann, quien fue dado de alta el lunes y sigue la etapa de recuperación en el hospital israelita Albert Einstein de Sao Paulo. Follmann se sometió a dos cirugías, en la primera le amputaron la pierna derecha y en la segunda le apuntaron tres centímetros más de la misma extremidad.

Por su parte, el locutor Henzel mejora de un trauma de tórax y una fractura en la pierna derecha.

El zaguero Helio Zampier Neto, otro sobreviene, es el único miembro del equipo que permanece en el hospital y mejora de una infección pulmonar. Un médico enviado por el Chapecoense dijo que al despertar del coma inducido en el que estaba, el jugador de 31 años no recordaba lo sucedido y preguntó por el resultado del partido ante el Nacional.

“La evolución del paciente ha sido satisfactoria y sería trasladado en breve a una unidad de cuidados intermedios”, explicó Ferney Rodríguez, director médico de la clínica en Rionegro.

El técnico aeronáutico boliviano Erwin Tumiri, otro de los sobrevivientes, se recupera en su residencia a las afueras de Cochabamba y fue el primero en volver a su país.

La asistente de vuelo, la boliviana Ximena Suárez, también sobreviviente, sigue en recuperación de pequeñas fracturas y diversos traumas en la clínica Somer de Rionegro. Incluso se sometió a un tratamiento para superar la depresión en que cayó cuando se enteró de la magnitud del desastre. 

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