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Si el torneo mexicano se jugara en formato largo, al estilo europeo, sin Liguilla de por medio, Monterrey y León se disputarían en esta última jornada el título de campeón. Los Rayados suman 60 puntos, con una diferencia de goles de más 19, en tanto que los Esmeralda, con 57 y más 10, tendrían que ganar, golear y esperar que los regios cayeran para aspirar al título del certamen.

Eso es si el torneo se disputara en el antiguo formato largo, algo que para los técnicos sería lo ideal, pero no para el espectáculo y el negocio, de acuerdo con la visión de los llamados ‘dueños del balón’.

Miguel Herrera, ex técnico nacional, campeón con América y ahora timonel de los Xolos de Tijuana, analiza las tres partes de este pastel tan criticado en su momento, pero tan socorrido en otros. “Muchos dicen que volver al torneo largo sería lo mejor para formar jugadores, para que los técnicos tuvieran tiempo de armar a sus equipos, pero es algo que no va a suceder, por lo menos no por mucho tiempo, ya que hay que considerar la parte económica y la del espectáculo, que es importante y es de la que se sostiene el futbol, es algo que no podemos perder de vista en ningún momento”.

Una tabla imaginaria evidenciaría aún más los fracasos y agrandaría las virtudes. Cruz Azul estaría en el lugar 12 de la general, muy lejos de tener posibilidades siquiera de calificar, en tanto que Chivas pelearía en la última fecha por meterse, dos puntos atrás de Morelia.

“Para los técnicos sería genial que el torneo tuviera un formato largo. Es por demás saber que tendríamos mayor tiempo de poder plasmar una idea, de poder formar jugadores y de conseguir resultados positivos para el equipo”, analiza el ‘Piojo’ Herrera.

Los elementos que vienen del extranjero, “también tendrían tiempo de adaptarse, habría menos presión y a la larga eso propiciaría que se vieran buenos juegos en el campeonato, pero llevaría tiempo”.

Mas el tiempo no viene bien con la palabra economía y los proyectos de los clubes mexicanos. En la actualidad, el futbol nacional necesita resultados rápidos, tanto en la cancha como en la chequera de los dueños de clubes, que son los que arriesgan su patrimonio.

“La gente quiere ver espectáculo y para eso espera con ansia la Liguilla. Dos Liguillas en un año quiere decir que habrá mucho mayor espectáculo, llegarán más seguido los juegos que definen clasificación, habrá más dramatismo mucho más seguido. La afición está mucho más contenta en vez de esperar todo un año el momento de que lleguen las finales”, asegura Miguel.

Con más espectáculo, las taquillas tendrán más afluencia y las multitudes llevarán más dinero a los clubes. “Esto es un negocio, aunque suene duro decirlo. Los empresarios que arriesgan su patrimonio necesitan recuperarlo pronto y eso da la Liguilla. Muchas veces, los clubes esperan esas épocas para armar el presupuesto para los próximos torneos y es mejor que llegue dos veces al año, que sólo una”.

En cuestión de porcentaje, la tabla del año completo pondría la última fecha como punto álgido para el descenso. Atlas sería el lugar 17 con 30 puntos, por 29 del Sinaloa. Todo se jugaría en la última jornada.

“No tenemos la cultura europea de que a pesar de no jugarnos nada, los estadios siempre están llenos. Allá aunque vayas a media tabla siempre hay gente en las canchas. Aquí no, se perdería el interés. No hay una Liga Europa para pelear por lugares restantes, en fin. El torneo corto tiene sus ventajas y desventajas, igual el largo. La realidad es que seguiremos igual por un buen tiempo”, finaliza Miguel Herrera.

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