Una sonrisa ilumina el rostro de Marc Crosas cada que enciende el televisor, sintoniza la radio o lee un periódico, y el tema es la eterna obligación del Cruz Azul. El volante de contención catalán sabe que llegó a un equipo presionado. Lo goza. No podía ser de otra forma después de caminar al borde de la cornisa durante un año.

Como pieza clave en la Universidad de Guadalajara, se familiarizó con la tensión más despiadada hacia un futbolista: la de un posible descenso.

Perdió la batalla, por lo que agradece la posibilidad de militar en un club al que su afición le exige, pero dar la vuelta olímpica.

“Sí se disfruta. Lo que uno quiere es luchar por campeonatos y no por descensos”, comparte el refuerzo de La Máquina. “Está claro que el objetivo de uno es hacer grandes cosas y nada más que salir campeón”.

Felicidad que ya experimentó en España (Barcelona), Francia (Olympique de Lyon), Escocia (Celtic Glasgow) y hasta con el Santos Laguna durante el Clausura 2012.

Crosas valora lo vivido con los Leones Negros, institución a la que agradece por remasterizarlo en todos los sentidos, pero quiere hacer historia con los Cementeros y colaborar para que sean liberados de esa presión que provocan 17 años y medio sin coronaciones ligueras.

“Es cierto que ahora vengo de pelear descensos, pero también me ha tocado luchar por campeonatos. He logrado títulos en varios países”, presume. “[El Cruz Azul] es un reto, sobre todo para demostrarme que puedo ser un jugador importante aquí en México.

“Hace poquito más de un año, dudaba de si podía seguir jugando aquí, por el hecho de ocupar plaza de extranjero, que no había tenido continuidad [con los Guerreros] y, cuando la tuve, no mostré el nivel debido. Después de un año, en el que he mejorado en ese sentido, llega la prueba verdadera: estar en un equipo grande, peleando cosas importantes y [deseo] demostrarme que sí sirvo para esto”.

Su estancia en la Universidad de Guadalajara le permitió darse cuenta de que puede ser valioso, pero sabe que la verdadera confirmación llegará si se convierte en bastión del equipo dirigido por Sergio Bueno.

“Cuando uno es niño y sueña con ser futbolista profesional, quiere luchar para salir campeón y estar en la pelea”, recuerda. “El hecho de jugar un descenso y estar peleando cosas, durante un año entero, es algo muy duro, sobre todo cuando los resultados no se te dan. Todos los lunes tienes que levantar la cabeza y pensar que —quizá— el siguiente partido es el que te da ese empuje para salir adelante.

“Es muy difícil y quiero agradecer, porque sin Leones Negros no habría tenido la oportunidad de estar en un club como Cruz Azul. En especial por la forma en que salí de Santos, después de unos meses en los que prácticamente no se contaba conmigo”.

A diferencia de lo que sucederá con La Máquina, en cuya alineación podría compartir la trinchera con Gerardo Torrado, aunque el joven Rafael Baca también será una opción.

Su experiencia puede ser determimante para los celestes, mas el español no se preocupa —al menos no ahora— por ser considerado uno de los líderes dentro del plantel.
“Lo que quiero es ser importante y sumar en cualquier posición que se me necesite”, aclara. “Llego a un plantel muy completo, con varios jugadores importantes. [Deseo] aprender de ellos y sumar en todo lo que se me necesite desde el lugar que sea”.

A final de cuentas, disfruta mucho la presión a la que está sometido con la elástica cementera.

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