Cancún.— Sentado frente al televisor, Jesús Ramírez no daba crédito a lo que observaba. Uno de los pioneros en el trabajo que hoy da frutos en las Selecciones Nacionales con límite de edad no considera normal que el Tricolor Sub-20 no haya sorteado la fase grupal en el Mundial de la categoría. Tampoco que el Sub-22 no alcanzara el partido por el título en Toulon.

“Es raro ver que no pases esa fase”, asegura el hombre que guió al representativo al cetro mundial infantil en Perú 2005. “Algo sucedió, porque muchos de los jugadores ya tienen experiencia en Primera División, lo cual era complicado hace muchos años. Qué bueno que nos cause extrañeza, porque eso quiere decir que las cosas iban muy bien”.

Así es que solicita realizar una profunda autocrítica sobre lo sucedido en Nueva Zelanda.

“Es un momento de análisis”, afirma. “Siempre que terminas una competencia, independientemente del lugar en el que quedes, habrá que analizar para ver qué pasó”.

Sabe que el tropiezo dolió y genera críticas, mas valora la postura. No olvida que, hasta hace algunos años, las expectativas en los combinados Sub-17, 20 y 23 eran reducidas.

Todo cambió con aquel éxito que cumplirá una década el 2 de octubre. “A la vez, me da mucho gusto que nos acostumbremos a ver a nuestras Selecciones Menores en buenos lugares.

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