Cuando Santos anunció que Pedro Caixinha (15 de noviembre de 1970) sería su técnico, nadie sabía a ciencia cierta que esperar. Era un nombre que rompía con la ruleta habitual de técnicos en el futbol mexicano. Una apuesta arriesgada, pero que terminó por ser exitosa.

Referencias acerca del portugués había pocas. La de ser un recomendado de José Mourinho, actual técnico del Chelsea, era el aval más importante para ser técnico de un equipo que cobró protagonismo en torneos cortos como los Guerreros.

“Al futbol mexicano le gusta el buen futbol, técnico, ofensivo, rápido, dinámico y a Pedro, igual. México tiene lo que él busca. Como entrenador tiene cualidades que sumarán e interesarán al futbol mexicano”, dijo ‘Mou’, tras el fichaje de Caixinha con los laguneros.

“Es una persona sencilla y honesta, de trato fácil y capaz de crear empatías con sus jugadores y ser un líder equilibrado y de capacidad para motivar a un equipo grande que pelea por ganar títulos”, describió el polémico ‘The Special One’.

Fue portero como jugador y asistente técnico en el Sporting de Lisboa (Portugal), Al Hilal (Arabia), Panathinaikos (Grecia), Rapid de Bucarest (Rumania) y la selección árabe, la mayor parte de su carrera fuera del rectángulo verde.

Su primera oportunidad como estratega de un primer equipo la obtuvo en la Unión Deportiva Leiria para después ir al Nacional, ambos de su país natal. Santos y su dueño, Alejandro Irarragorri, se fijaron en él para que comandara al club lagunero para el Clausura 2013.

Pronto, el medio nacional se dio cuenta de quién era Caixinha. Tipo ordenado en sus esquemas tácticos, estricto en sus entrenamientos y con la aplicación a rajatabla de una metodología que presume aprendió en Europa. Hizo valer sus estudios de Maestría en Metodología del Entrenamiento y diplomados en Ciencias Aplicadas al Deporte.

“Como vivo el futbol y en como miro la preparación de los partidos me da para llegar aquí [a ser campeón] con mucha ilusión, con mucha ambición y determinación. Es muy difícil llegar a las finales en México, porque las finales se hicieron para ganar”, resaltó Caixinha.

A la par de esas cualidades, la explosividad ante los medios de comunicación, un lenguaje de malas palabras y conflictos constantes con otros entrenadores y equipos. Peleas con Tomás Boy, Miguel Herrera y su auxiliar Santiago Baños, además de Antonio Mohamed, están en el historia del luso.

“Dicen que es un buen tipo y buena persona, pero se pelea con todo mundo. Ya hay cinco cuerpos técnicos que se han pelado en Santos con él, un pan de Dios no es”, señaló el ‘Piojo’.

Estratega y conflictivo, una dualidad que tiene su fundamento en su pasado como forcado. Amante de la tauromaquia y echado para adelante, suele ser un tipo envalentonado, que le cuesta trabajo asumir las críticas a su trabajo, pero que no renuncia a su forma de ser.

“Cuando sales al ruedo, comienzas a tener control sobre tus emociones, sobre el miedo. Eso me ha ayudado a vivir con muchísima intensidad, pero siempre con valentía”, explicó el luso.

Lo mismo reprende reporteros con groserías, señala los yerros arbitrales a favor del América y responsabiliza a sus futbolistas de la debacle. Así, Caixinha está convertido en un personaje polémico y poco común en México.

Un hombre multidimensional que tiene su primera corona con Santos Laguna, justo en el torneo en el que fue más cuestionado. A los Guerreros, la apuesta hacia un desconocido le salió ganadora.

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