El pasado 26 de octubre, Alejandro “Cobrita” González buscó el campeonato interino pluma de la Fecombox ante Héctor “Snart” Bobadilla y ayer por la madrugada fue ejecutado.

El púgil tapatío fue asesinado junto con dos personas más en la colonia San Carlos, cerca de su residencia por el Parque González Gallo de Guadalajara.

Autoridades de la capital del estado localizaron sin vida el cuerpo del pugilista dentro de una camioneta Jeep, reportaron medios locales. Se presume que uno de sus acompañantes era su abuelo.

En julio de 2015, el hijo de la “Cobrita”, dos veces campeón del mundo, derribó en un par de ocasiones durante el primer asalto, al irlandés Carl Frampton.

“Este chico [Cobrita], me dio el susto de mi vida. Pero se mantuvo en contacto de vez en cuando por celular y siempre me deseó lo mejor. Es una trágica noticia. Se va una de las personas más agradables con las que estuve en un ring”, escribió Framton en su cuenta de Twitter.

González fue representado por Al Haymon Boxing, y fue 0-2-1 en sus últimas tres peleas al caer con Karim Guerfi y Framton. En su última pelea empató con Bobadilla.

“Todo el mundo en Premier Boxing Champions está profundamente entristecido por la muerte de Alejandro González Jr. Fue un boxeador fantástico con un futuro brillante. Es una pérdida trágica para la comunidad del boxeo. Le ofrecemos nuestras más profundas condolencias a su familia y rezar por ellos mientras se enfrentan a la pérdida de su querida ‘Cobrita’”, declaró Tim Smith, presidente de medios Premier Boxing Champions.

González, que hablaba con fluidez el inglés, después de pasar gran parte de su juventud en Estados Unidos, declaró para un medio de ese país que era muy difícil vivir con el apellido y pasado que dejó su padre en el pugilismo.

El jalisciense dejó su récord en 25 peleas ganadas, tres derrotas y tres empates.

Debutó el 19 de marzo de 2010 ante Oswaldo Novoa, con el que empató en un pleito celebrado en el Coliseo Olimpico de la Universidad de Guadalajara.

Hasta el cierre de esta edición se desconocía el motivo del homicidio y la familia aún no había decidido donde se harían los funerales.

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