Hasta hace relativamente muy poco, combinar unos sneakers con un traje, usar pants con tacones o ir a un cocktail con prendas de inspiración deportiva eran los peores faux pas de la etiqueta. Ahora, con el abanico de propuestas por parte de firmas de lujo e innovadoras colecciones firmadas por casas deportivas, el sportswear de lujo pasó de ser simplemente una tendencia a una de las influencias más importantes en la moda contemporánea.

El surgimiento de movimientos como el normcore no han disminuido el amor del público por tenis de edición especial y prendas que pueden llevarse fuera del gym. por le contrario, han creado nuevas tendencias, mismas que se adaptan a los caprichos de cada temporada.

Asimismo, un ejército de diseñadores, celebridades e incluso artistas visuales están creando sus propias ofertas, las cuales causan la misma respuesta que, en su momento, habría recibido cualquier it bag o it shoe de las firmas más exclusivas.

Estas piezas, aunque en ediciones limitadas, tienen un precio relativamente accesible y pueden llevarse en el metro, lo cual no puede decirse de un par de vertiginosos tacones o un clutch en piel de cocodrilo.

El juego del calentamiento

La fascinación con los deportes surgió con los últimos años de la época victoriana, en la que una serie de actividades como el ciclismo, el tenis y el fútbol comenzaron a tomar forma.

El vestuario y sus materiales, aunque imprácticos para la época actual, daban a los jugadores una libertad que hasta ese entonces no habían experimentado. No obstante, los primeros coqueteos de la moda con el deporte iniciaron en los años 20, cuando Gabrielle "Coco" Chanel diseñó varios outfits deportivos para el ballet Le Train Bleu y Jean Patou presentó una línea sport que causó una fascinación masiva luego de que la tenista

Suzanne Lenglen triunfara en Wimbledon con un conjunto diseñado por él. Posteriormente, creativos como la estadounidense Claire McCardell y el italiano Emilio Pucci optaron por líneas sport, pero éstas siguieron siendo consideradas como impropias para ocasiones especiales.

Mientras tanto, los cambios traídos por los años 60 y la cultura pop lograron convertir a conjuntos deportivos en piezas icónicas, como el que luce Bruce Lee en Operación Dragón, mientras que modelos de tenis como los Onitsuka Tiger y los Cortez de Nike se convirtieron en piezas de colección.

Y aunque raperos como Missy Elliot y P. Diddy protagonizaron un gran número de videos en pants, sólo ellos y un puñado de personas, como la estilista Carlyne Cerf de Dudzeele, se atrevían a combinar algunas prendas de gimnasio con accesorios de alto lujo.

Maratón de estrellas

Dos de los primeros diseñadores que aceptaron colaborar con una firma deportiva fueron Jil Sander, quien en 1998 lanzó una colección para Puma y Yohji Yamamoto, quien desde 2003 ha logrado combinar la vanguardia con prendas y accesorios con grandes posibilidades comerciales. A partir de ese momento, la moda se acercó a paso lento, pero seguro, hacia el deporte, mientras estas dos firmas competían por integrar a los nombres más importantes a sus filas.

Así, Puma fichó a Alexander McQueen y Hussein Chalayan, mientras que Adidas optó por desarrollar, en 2004, una larga y fructífera relación con Stella McCartney y, cuatro años después con Jeremy Scott. Mientras tanto, Nike preparó exitosas colaboraciones con firmas como Liberty Of London, Sacai y Supreme. Esta última resultó tan exitosa que por poco causa un disturbio en una boutique neoyorquina.

Esta fascinación fue creciendo, alimentada en parte por la aparición de piezas como zapatos con detalles deportivos en pasarelas de Dior, Gucci, Salvatore Ferragamo y Hermès. Y aunque estas firmas suelen ofrecer algunos modelos de tenis en su catálogo, iniciaron una transición lenta hacia el verdadero sporty chic a partir de 2011, año en el que Fendi ofreció pantalones deportivos en cuero y lana.

Poco a poco, firmas como Alexander Wang, Isabel Marant y Michael Kors los integraron a sus colecciones y figuras como Beyoncé y Rihanna (quien posteriormente colaboraría con Puma en una línea) fueron integrándolos a su estilo, mientras que la sudadera dejó de ser una pieza para correr y se convirtió en una prenda high fashion con bordados psicodélicos o lentejuelas, gracias a la influencia de Kenzo, Marc Jacobs, Jeremy Scott, Chanel y Christopher Kane.

Luego de esta transición, los diseñadores se animaron a más y han integrado materiales y texturas antes reservadas al gimnasio, como el neopreno, a sus colecciones. Mientras tanto, celebridades como Kanye West, Rita Ora y la antes mencionada Rihanna han creado colecciones resultaron un éxito en ventas. En el caso de West, su incursión con Nike y Adidas Originals recibió fuertes críticas, pero eso no detuvo a los consumidores y fanáticos del rapero.

El año pasado, asimismo, representó un parteaguas en los tenis de colección, pues la tendencia del normcore y su obsesión por los atuendos de inspiración cotidiana hicieron aceptable el mezclar trajes con modelos como los Air Max de Nike, Trinomic de Puma, Superstar y Stan Smith, ambos firmados por Adidas. "Hoy en día el mercado se caracteriza por una neutralidad en varios aspectos, como el género y la raza. Esto, por supuesto, se transporta hacia la moda y por eso vemos casi todas las influencias mezclándose, a excepción de productos de nicho muy especializados.

Es arcaico tratar de dividir las prendas en sport o ready to wear", expresó la experta en moda Eli Estela González. ¿Se habrá terminado la fase deportiva de la moda pronto? Todo parece indicar que no, pues algunos de los desfiles para las temporadas Crucero y Primavera-Verano 2016 han presentado piezas cada vez más atrevidas, como los conjuntos masculinos de inspiración ciclista firmados por Moschino, y sudaderas XXL de Calvin Klein, mientras que colecciones como la de Riccardo Tisci para Nike y Raf Simons para Adidas se han agotado en muy poco tiempo, mientras que firmas como H&M y Uniqlo ya incluyeron prendas deportivas en sus colecciones. Tal parece que esta influencia es de alto rendimiento.

Sus mayores hits

Puma

Jil Sander: 1998 fue el año en que la diseñadora creó una línea con sutiles detalles retro y aires minimalistas para la marca.

Alexander McQueen: inició una exitosa colaboración con la firma alemana en el año 2006, misma que aún continúa.

Hussein Chalayan: El chipriota fue nombrado director creativo en 2008, y destacó por su inclusión de materiales innovadores.

Rihanna: La cantante es la más reciente colaboradora de la firma alemana.

Adidas

Yohji Yamamoto: Uno de los líderes de la vanguardia japonesa, inició Y-3, en 2003. Ésta se presenta actualmente en la Semana de la Moda de Nueva York.

Stella McCartney: La inglesa debutó en 2004 y pronto amplió su oferta a disciplinas como yoga, natación, running y tenis.

Jeremy Scott: 2008 fue el año en el que el actual director creativo de Moschino se alió con la casa alemana. Sus famosos tenis alados se han convertido en una pieza de colección.

Rita Ora: La cantante ha integrado su particular estilo a los tracksuits y tenis de la marca, los cuales ostentan llamativos prints.

Nike

Liberty Of London: La casa reinterpretó los famosos estampados de la marca y los plasmó sobre tops, leggings y calzado

Pedro Lourenço: Imprimió su característico estilo minimalista en su colaboración. Supreme: Su colaboración destacó por su colorido calzado deportivo, así como diversos materiales y estampados.

Riccardo Tisci: El director creativo de Givenchy creó una aclamada línea de complementos y accesorios perfectos para el gimnasio.

Kanye West: Aunque su colaboración fue muy breve, los Air Jeezy, diseñados por el rapero, causaron furor en tiendas.

Lo que piensa Carlyne Cerf de Dudzeele, estilista: 

“Lo chic no tiene que ver con el dinero, sino con el estilo personal. Por eso, mi obsesión es mezclar ropa de Adidas con joyería o estolas de pelo”.

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