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Luego de estar cerrada por cinco años por trabajos de restauración, el Templo de la Inmaculada Concepción de Coyoacán reabrió sus puertas ayer, en medio de los festejos por el día de la Virgen de la Concepción.

El inmueble, mejor conocido como La Conchita, fue entregado a los feligreses después de años de trabajos de restauración, estudios de mecánica de suelo y cimentación, que en total tuvieron un costo de 12 millones y medio de pesos.

La rehabilitación, a cargo de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, incluyó la recimentación del inmueble construido entre los siglos XVII y XVIII, pues uno de los principales problemas que presentaba eran fracturas y daños en su estructura debido al hundimiento del subsuelo, explicó el arquitecto Raúl Delgado, titular de dicha dirección.

Estos trabajos también incluyeron la reestructuración de su cúpula, bóvedas, así como cambio de instalaciones hidro-sanitarias, recuperación de niveles del atrio y renovación de su fachada cuyo nuevo color amarillo en su momento despertó críticas entre los colonos de la zona y defensores del patrimonio cultural. Al respecto, Delgado sostuvo que toda la intervención tuvo el respaldo técnico del INAH y que la decisión de usar el color amarillo se tomó con base en los estudios previos que se realizaron en el propio inmueble, donde se hallaron vestigios de ese pigmento. “Encontramos lo que más favoreciera al monumento, es una pintura a base de cal porque hay humedad abajo”, explicó.

Durante estos trabajos se registraron unos 300 hallazgos funerarios y arqueológicos, entre los que destacan osamentas que fueron recuperadas y que ahora se encuentran en estudio en los laboratorios del INAH.

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