La icónica Prisión Central de Dacca, levantada en el siglo XIX y por la que pasaron en las últimas décadas históricos gobernantes y opositores, abrió hoy por primera vez al público para acoger durante cinco días una exposición fotográfica, tres meses después de cerrar por exceso de presos.

Shahida Akhter, de 55 años, contenía las lágrimas a duras penas cuando esta mañana se aventuró entre las celdas de la cárcel en la que su padre, condenado por un robo, pasó once años de su vida, entre 1965 y 1976.

"Era sólo una niña. Solía venir con mi madre a la puerta de la prisión para ver a mi padre de vez en cuando, pero nunca nos permitían quedarnos mucho rato", explicó Akhter, cuyo padre falleció hace veinte años.

Cuando se enteró de que las autoridades darían al público la oportunidad de "ver cómo vivían los presos", la mujer no dudó en poner rumbo al antiguo centro penitenciario junto a su hija y su nieta, de 5 años.

Como ellas, centenares de bangladesíes se acercaron al casco antiguo de la capital para pasearse por la historia reciente del país a través de celdas que un día albergaron defensores del bengalí o nacionalistas que protestaron contra el régimen de Pakistán, del que Bangladesh fue su región oriental hasta la guerra de independencia de 1971.

Entre sus rejas pasó también, alrededor de una década, Sheikh Mujibur Rehman, padre de la actual primera ministra, Sheikh Hasina, y fundador de la patria.

A Rehman y a otros cuatro líderes bangladesíes está previsto dedicar el museo permanente que las autoridades construirán en el recinto, cuyos últimos habitantes, unos 8 mil presos, fueron trasladados el pasado julio al triplicar la capacidad del penal.

Para su primera recepción pública, las celdas fueron decoradas con retratos, objetos y fotografías de las cartas que los prisioneros enviaban a sus familiares.

"Me siento realmente bien de poder haber visto las celdas en las que vivieron nuestros líderes", dijo el empresario Alamgir Hossain tras visitar el antiguo centro penitenciario con su familia.

Muchos de los visitantes esperaban poder ver con sus propios ojos los patíbulos en los que durante décadas fueron ejecutados líderes de diferente signo y, más recientemente, cinco dirigentes islamistas acusados de cometer crímenes de lesa humanidad durante la guerra de independencia.

No obstante, las autoridades no permitieron hoy el acceso a la zona de ejecuciones.

La antigua Prisión Central de Dacca se transformará pronto en escuelas, centros comerciales, un parque y un museo.

nrv

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